El mercado tiene ahora todos los ojos puestos en las agencias de calificación internacional, Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch. El motivo es que ellas están escrutando los términos de canje de bonos del Banco Central Europeo (BCE) para dilucidar si se ha producido un “evento crediticio” según los criterios de la Asociación Internacional de Derivados y Swaps (ISDA en inglés).
Aparentemente, en el canje de bonos del BCE, se intercambiaron bonos viejos por nuevos con la misma estructura y valor nominal. La diferencia reside en que estos nuevos bonos están exentos de la “Cláusula de Acción Colectiva”. Esto quiere decir que en caso de que Grecia impusiera pérdidas involuntarias a sus acreedores privados, el BCE tendría un trato de privilegio y no tendría que asumir mermas en su inversión.
Esto implica que el BCE tiene un trato preferencial: él es un inversionista senior, en tanto que los acreedores privados están subordinados, serían los primeros en asumir las pérdidas. Ahora bien, lo que examinan las agencias de rating es si los términos del canje de bonos supone un “evento crediticio”. En un principio, y según la información de la que disponemos, el BCE, al cambiar los bonos viejos por nuevos con la misma estructura y valor nominal no incurrió en ninguna pérdida y, por tanto, no es un “evento crediticio”. Sin embargo, habrá que estar pendientes del veredicto de las agencias de rating, que como ya sabemos son un tanto osadas y les gusta jugar a los despropósitos.
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