Aunque Krugman se mofa de esa definición que Romney hizo de sí mismo, la realidad es que EU es un país severamente conservador, y que la declaración de Romney está medida para apuntalar sus preferencias entre unos votantes que no solamente son conservadores, sino que cada día que pasa son más conservadores, y que ven en Romney su candidato natural.
Miren si no los últimos resultados de una encuesta de Gallup: el 40% de los electores se identificó como conservador, 36% como moderado y sólo un 21% como liberal. El ejército ultraconservador, por supuesto, se concentra en la región central de EU: en Mississippi, Utah, Wyoming y Alabama son mayoría, y en 20 estados son más del 40%. Los liberales sólo superan a los conservadores en dos estados: Massachusetts y el Distrito de Columbia.
Por tanto, la declaración de Romney, más que un paso en falso como sugiere Krugman, estaba fríamente calculada. Obama, a pesar de que empieza a reanimarse en las encuestas y la economía y el empleo da síntomas de mejoras, tendrá que enfrentarse a un electorado profundamente conservador y posiblemente al candidato, Mitt Romney, que mejor los representa.
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