Mucho se habla en estos días del gas natural. Su precio, como fuente de energía alternativa, está por los suelos, en tanto el barril de crudo supera los 100 dólares y muchos lo ven como una amenaza para la recuperación global en caso de que su cotización siga trepando, escenario que se puede volver realidad si las tensiones con Irán se recrudecen, sin descartar la posibilidad de un enfrentamiento bélico.
Entre tanto, como decimos, el gas natural cotiza en mínimos de 10 años. La relación entre el precio del barril de crudo y el gas natural, desde luego, se ha disparado, lo que refleja como se ha encarecido el precio relativo del petróleo respecto al gas.
¿Por qué no recurrir al gas natural como fuente de energía alternativa? Es barato y es una energía más limpia que el petróleo o el carbón.
Sin embargo, tiene algunos contratiempos. En primer lugar, unos precios tan bajos del gas natural están aportando grandes ventajas tanto a las industrias que lo utilizan como insumo como a las familias que calientan sus casas y cocinan con gas natural. Pero como siempre, el cambio estructural, en infraestructura, que tendrían que realizar las industrias estadounidenses es lento para aprovechar esta coyuntura tan ventajosa del gas, y su uso industrial aún es bajo.
Por otro lado, los productores y distribuidores de gas natural están sufriendo. La oferta de gas, su propio éxito, es tan elevada que los inventarios son altísimos, sobre todo después de un invierno que ha sido anormalmente cálido y que ha provocado un desplome de la demanda. Según la Administración de Información de Energía (EIA por sus siglas en inglés), los stocks de gas natural superan en un 40% el promedio de los últimos cinco años. ¿Para qué gastar más capital en nuevas plantas si el stock de gas es elevado, el precio es bajo, los márgenes de beneficio se han erosionado y las acciones de las empresas de gas natural se han desplomado?.
Por tanto, el precio del gas permanecerá bajo por un tiempo aún, cuando menos hasta el año que viene, a la espera de que el invierno vuelva a traer climas desapacibles. Pero el gas natural es ahora mismo, casi, una fuente de energía gratis para EU, lo que provocará un cambio permanente en las empresas estadounidenses para hacer uso de él con una mayor intensidad del que se hace ahora.
De hecho, la baja cotización del gas ha sido la bendición para empresas como fabricantes de plásticos, fertilizantes, compañías químicas y otras industrias derivadas del gas natural, que han visto cómo se reducían sus costos de producción. Y explica en parte el resurgimiento de la manufactura estadounidense en los últimos tiempos.
Por tanto, estamos en tiempos de vacas flacas para las empresas de gas natural, pero pronto lo peor puede quedar atrás y podemos presenciar un florecimiento de la industria. Todavía hay que deshacerse del exceso de inventarios, pero una vez liquidado ese exceso, el gas natural puede ofrecerse como una buena oportunidad de inversión. No lo pierdan de vista. De momento, el precio es una ganga: hoy por primera vez en una década, desde el 2002, cayó por debajo de los $2.0.
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