Banxico decidió mantener el objetivo para
la tasa de interés interbancaria a un día sin cambios en 4.5%. La posibilidad
de un recorte de tasas estaba contemplada por algunos analistas, nosotros
incluidos. Pero posiblemente cualquier resquicio para un recorte de tasas se
vio eliminado por la delicada situación de los mercados de deuda de la
periferia europea (apenas ayer Standard & Poor´s volvió a degradar aEspaña).
En su comunicado, pese a señalar que las
expectativas de crecimiento para la economía mundial han mejorado
marginalmente, recalca que la situación en Europa, tanto por la deuda como por
el sistema financiero, suponen “importantes riesgos a la baja”, lo cual se ha
manifestado “en una mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales”.
Por tanto, Europa parece ser el principal
factor que reprime a Banxico a la hora de recortar tasas, pues teme que de
hacerlo, y ante una nueva oleada de aversión al riesgo que propicie una salida
de capitales en México y una rápida depreciación del peso, tenga que dar marcha
atrás.
En lo que respecta a la situación de
México, Banxico considera que se ha producido una mejora en el “balance de
riesgos para el crecimiento económico”. Eso se ha reflejado en algunas
declaraciones del gobernador de Banxico, Agustín Carstens, señalando que la
economía podría expandirse un 4% este año, por encima del pronóstico de los
analistas privados.
Respecto a la inflación, el balance de
riesgos se mantiene si cambios respecto al informe previo. La inflación general
ha seguido una tendencia descendente y se ha ubicado por debajo de lo que
manejaba el consenso y la inflación subyacente se ubica en niveles cercanos al
3%.
Los riesgos al alza sobre la inflación se
han atenuado como resultado al disminuir el impacto que sobre algunos productos
agropecuarios tuvo la temporada de sequía. Los riegos a la baja, por otro lado,
se asocian a un posible debilitamiento de la demanda externa e interna en caso
de que la recuperación global pierda dinamismo.
Dicho esto, y pese a que Banxico decidió
mantener las tasas sin cambio, mantiene un sesgo a la baja en la política
monetaria, dejando la puerta abierta a un posible recorte de tasas en el
futuro. ¿La condición? Que el comportamiento de los mercados internacionales
mejore. De momento, al parecer, la incertidumbre de Europa impide a Carstens y
compañía arriesgarse a una bajada de tasas.
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