martes, 4 de septiembre de 2012

¿Qué puede anunciar el BCE el jueves sobre su esquema de intervención?


Las especulaciones sobre la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE) están a la orden del día. En las últimas fechas, los grandes protagonistas de esta saga, además del presidente de BCE, Mario Draghi, han sido  los dos representantes alemanes en el consejo de gobierno, Jörg Asmussen, miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, y Jens Weidmann, presidente del Bundesbank. Pero la verdad, si bien Jens Weidmann ha levantado airadas protestas, no parece que vaya a entorpecer el plan de Draghi: se limitará a criticar, o como ha dicho la canciller alemana, a “recordar constantemente lo que es la política” de Alemania, su ortodoxia. Pero tanto Merkel como Asmussen han apoyado abiertamente el programa de Draghi. 


La expectación es máxima con la cita del jueves. ¿Cuáles son, en un principio, nuestras perspectivas para la reunión?

1. Draghi mostrará algunas cartas sobre su esquema de intervención en el mercado secundario de deuda, pero no todas. Algunas se las reservará hasta que el Tribunal Constitucional alemán se decante sobre la constitucionalidad o no del fondo permanente el 12 de septiembre. Pero algo tiene que decir, en parte para presionar a los jueces alemanes. Como ya hemos dicho muchas veces, la corte alemana es ahora mismo el mayor obstáculo al plan de Draghi, no el Bundesbank ni Grecia. Para no presentar todo el plan pueden aducir que, como es un programa conjunto, operado tanto por el BCE (intervenciones en el mercado secundario) como por los gobiernos (intervenciones en el mercado primario a través de los fondos de rescate), no tiene sentido sentar todo el plan en tanto la otra pata, el fondo permanente, no esté en vigor.

  2. Hasta ahora sabíamos que el BCE intervendría en el tramo corto de la curva, pero ayer Draghi especificó, en el Parlamento Europeo, un poco más sobre los plazos que engullirán: serán hasta bonos de 3 años.  Según Draghi, hasta ese plazo está justificado por parte del BCE la compra de bonos debido a los riesgos de fragmentación de la eurozona sin por ello salirse de su mandato legal.  La intervención en esos plazos no parece estar en contradicción con lo declarado por el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäeuble.

3. Ahora bien, nos tememos que en su esquema no se podrán techos sobre alguna tasa de referencia o sobre un diferencial respecto a Alemania que los obligue a intervenir tan pronto sea sobrepasado. Eso iría en contra tanto de su principio de preservar a toda costa su independencia, de poder actuar con discrecionalidad y no según una regla, así como de contar con una herramienta que les permita presionar a los gobiernos en caso de que perciban que están relajando al consecución de los objetivos fiscales.

4.  Por otro lado, para mandar un mensaje a los mercados (y a los gobiernos) podría anunciar los montos, los plazos y el país en donde ha intervenido. Eso sería indicativo de los fines que persigue, con objetivos flexibles o rangos, pero sin estar comprometido a defenderlos bajo cualquier circunstancia. A partir de ahí se podrá inferir si cuándo busca castigar la especulación de los mercados y cuándo castigar a los países si perciben que no están haciendo su tarea. Por tanto, las señales a mercados y gobierno serán vía cantidades  y no vía precios. Sobre los montos, lo único que sabemos es que Draghi subrayó con un “créanme” que serían “suficientes”.

5. Finalmente, insistirá que como condición para actuar necesita que previamente el país que precise asistencia solicite ayuda al fondo de rescate. España es el primero en la lista: el gobierno de Mariano Rajoy arguye que acudirá siempre y cuando no le exijan nuevas medidas de austeridad a las ya anunciadas. Sin embargo, es probable que Bruselas le imponga nuevas condiciones. 

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