El pasado 22 de marzo el director de Grupo Televisa Emilio Azcárraga envió una carta publicada en el Wall Street Journal pidiendo al Director General de Grupo Carso, Carlos Slim, que se abriera a la competencia en el mercado de la telefonía fija y móvil. ¿Qué es lo que encontramos en dicha carta?
En primera instancia habla de las buenas y malas noticias que le llegaron a Slim en el último mes, pues al hombre más rico del mundo le llegaron nuevas agridulces. Por un lado, estuvo el fallo en contra de la alianza entre TV Azteca y Televisa con la empresa Iusacell. Pero por otro le llegó la negativa de la Comisión Federal de Comunicaciones sobre la entrada de alguna de sus compañías como una tercera cadena de televisión.
Azcárraga menciona en su carta que en ningún momento Televisa se ha opuesto a la entrada de más competencia en la TV abierta, y que saben tanto él como su compañía, que la competencia es una mejora para México y que se debe incentivar. Sin embargo, la pregunta no es si es bueno o no para México, pues a esa pregunta la respuesta es afirmativa sin lugar a dudas, la pregunta es qué tanto ha sustentado Televisa sus dichos con hechos.
No tenemos que ir muy lejos para ver el historial que Televisa y TV Azteca tienen en juicios y conflictos con otras cadenas de televisión para impedir la entrada de más emisoras a la televisión abierta. E incluso se ve claramente en el monopolio que ejercen por ejemplo en un mercado tan grande como el de la transmisión de partidos en el futbol mexicano y, especialmente, de la selección de México y los problemas que se han generado con compañías como ESPN y Univisión.
Azcárraga, además, se dio tiempo para hablar del mercado en Estados Unidos, pues su postura es a favor de la entrada de televisoras a México, siempre y cuando ellos tenga acceso también a un lugar en las emisiones de Norteamérica, donde la protección contra emisoras extranjeras es altísima. En este punto, creemos que tiene razón, pues es un acto recíproco entre países de aligerar su proteccionismo contra entrada extranjera.
Sin embargo, a pesar de postularse a favor de la entrada a competencia, Azcárraga dice que no se debe hacer si no se regula el mercado interno de la televisión, que debe haber reglas claras para que entre competencia, y aquí surgiría otra pregunta ¿Hay reglas actualmente? O sea, que el dueño de Televisa se postula a favor de la competencia pero si entra competencia hay que regularla. Pero mientras haya monopolio no pide regulación. Pareciera a veces que las palabras de Emilio Azcárraga tienen un efecto perverso, sobre lo que promulga, en los hechos.
Además, comenta que al intentar hacer una incursión con su competidor TV Azteca (irónicamente un oligopolio opone al monopolio) en el mercado de telefonía móvil por medio de Iusacell, compañía pequeña y cuya mayoría de acciones pertenece a TV Azteca, la comisión de competencia les negó la entrada debido a la posibilidad de colusión entre ambas empresas. El argumento en contra me parece absurdo, pues ambas empresas llevan efectuando esta ilegalidad desde que nació TV Azteca y tomó fuerza en la televisión abierta. Aparte, el director de Televisa tiene el descaro de decir que eso jamás pasaría, pues no es la intención de Televisa.
Dicho todo esto, en Dinero Llama Dinero creemos que es necesaria la apertura, que utilizando las palabras de Azcárraga, es para el bien de México. Más allá de las presiones que pudiera ejercer cualquier dueño o dirigente de compañía en telecomunicaciones es urgente para el país la desaparición de monopolios como el de Carlos Slim, que en cifras de Azcárraga ha orillado al país a un desaceleración en la innovación tecnológica móvil y nos ha llevado (de lo cual no tenemos duda) a los precios más altos y con peor servicio de la OECD. Sin embargo la culpa no necesariamente es de Slim, sino de las comisiones de competencia que han sido incapaces para combatir los monopolios en México, y además, también es culpa del señor que redactó la carta dirigida al empresario más rico de México, pues en letras pareciera que Televisa lo ha hecho todo bien, cuando en realidad ha sido parte de ese malestar del que tanto se queja su director y que se llama monopolio.
Por: Eddu Vera Anaya
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