En verdad, el dato fue extraño. En febrero, la producción industrial se estancó cuando el consenso de Bloomberg estimaba un incremento de 0.4%. Pero si tenemos en cuenta la fuerte revisión de enero, de 0.0% a 0.4%, el dato fue neutral.
La realidad es que la Fed, en los últimos meses, ha sido muy imprecisa a la hora de hacer las estimaciones de la producción industrial, lo que causa cierto desconcierto. No sólo la estimación preliminar de enero fue muy errada, sino que en diciembre pasó lo mismo. Su número inicial fue de 0.4% para revisarse a 1.0% en enero y a 0.9% en el reporte de febrero.
El caso es que entre que la revisión de enero fue muy fuerte, lo que maquilla la cifra de febrero, y que es probable que la inesperada tasa de 0.0% de febrero se revise también al alza, como sucedió en los dos meses previos, los inversionista no vieron en él una excusa para seguir comprando, pero tampoco una razón para vender, de modo que decidieron dejar las cosas como estaban.
De este modo, el cierre de la jornada fue prácticamente sin cambios: el Dow Jones cayó un 0.15% para cerrar en los 13,232.62 pts, rompiendo una racha de siete jornadas consecutivas de ganancias, mientras que el S&P’s 500 avanzó un 0.11% y se consolidó por encima de los 1,400 pts, en los 1,404.17 pts. El Nasdaq cedió un 0.04% para terminar en los 3,055.26 pts.
Sin embargo, la semana fue excepcional para la bolsa de Nueva York: los tres superaron niveles psicológicos importantes, como los 13,000 pts del Dow, los 3,000 de Nasdaq y los 1,400 pts del S&P’s 500, y alcanzaron nuevos máximos del año. De hecho, el S&P’s 500 y el Dow están en sus niveles más altos desde mediados de 2008, y el Nasdaq desde diciembre de 2000. En la semana, las ganancias acumuladas superaron el 2% en los tres índices: tanto el Dow Jones como el S&P’s 500 treparon un 2.4%, en tanto el Nasdaq subió un 2.2%.
Derribados esos niveles, Wall Street parece tener vía libre para seguir subiendo. La semana que viene, sin embargo, nos tememos que sea más de consolidación. Los datos de mayor interés serán todos los relacionados con el sector inmobiliario: los inicios de construcción de casas, así como las ventas de casas nuevas y de segunda mano. Y esos datos no darán muchos indicios de que se esté revitalizando el sector, que como dijo la Fed en su comunicado de política monetaria el martes, “permanece deprimido”.
Dicho esto, el mensaje que va permeando entre los inversionistas es que, con la crisis de deuda de Europa más calmada tras las masivas inyecciones del Banco Central Europeo (BCE) y el rescate a Grecia, y con claros síntomas de mejora en la economía de EU en lo relacionado con el empleo y el consumo privado, el panorama para las bolsas ha mejorado. Eso no sólo se ha traducido en un fuerte rally en los mercados bursátiles, sino que ha propiciado una fuerte rotación de capitales de los activos más seguros, los bonos del Tesoro de EU, hacia inversiones de mayor riesgo.
De este modo, y en contraste con el rally de Wall Street, el bono del Tesoro de 10 años registró su peor caída semanal en 8 meses: durante esta semana, la tasa se disparó en 26 pbs, su mayor incremento desde la semana terminada el 1 de julio. Con la economía de EU en una senda de recuperación más firme, y con algunas presiones inflacionarias acechando por el aumento en los precios de la energía y de los combustibles, las apuestas en el mercado de futuros de los fondos federales son que la Fed tenga que subir tasas hacia septiembre/octubre del año que viene, un año antes de la promesa de la Fed de no apretar la política monetaria hasta “al menos finales de 2014”.
Además del rescate a Grecia junto con las mejores perspectivas de la Fed para la economía tras los datos de empleo y ventas minoristas de febrero, Wall Street recibió un fuerte impulso del sector financiero tras los resultados del test de resistencia. Así, las financieras se dispararon en la semana un 5.6%. El sector tecnológico del S&P’s 500 avanzó un 3.6% y las industriales un 3.5%, tras las buenas cifras de manufactura de la Fed de Nueva York y Filadelfia.
También el dato de ventas minoristas espoleó a los sectores de consumo: 1.9% el de servicios de consumo y 1.7% al de bienes de consumo. El sector salud, en la semana, ganó casi un 2.0% y el de telecomunicaciones un 1.5%. El único sector que retrocedió fue el de energía (-0.1%), pese a que hoy viernes, las tensiones afloraron de nuevo en el barril de crudo: los futuros del Brent se dispararon un 2.8% a 126 dólares y el del WTI un 2.0% a 107.21 dólares. Por tanto, en medio del escenario más o menos optimista para las bolsas y la economía, el principal obstáculo que se levanta es, de nuevo, el petróleo.
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