Fue una jornada funesta en Wall Street. Hubo noticias malas
por todas partes: en el sector manufacturero chino, en el europeo, en la
subasta de España, y en los indicadores de EU, sobre todo en el índice de la
Fed de Filadelfia, otro dato referente a la manufactura. Pero además, el
mercado descontó la noticia que se viene mascullando desde hace tiempo en los mentideros
de Wall Street: que luego de que las agencias de rating rebajaran la
calificación de los bancos europeos, ya les toca a los estadounidenses. Por tanto,
la banca sufrió un serio descalabro en la sesión, junto con el sector
industrial y el de materias primas.
Al inicio la bolsa de Nuevas York contuvo la respiración con
la expectativa de que del maratón de reuniones que hoy inició en Europa se recojan
buenos frutos. Pero ante tanta mala noticia, terminaron finalmente sucumbiendo
de mala manera, sin prisa pero sin pausa, sin que ningún soporte detuviera la
sangría a lo largo de la jornada.
De este modo, al cierre de la sesión, los índices concluían
en los mínimos del día, con caídas del 2% o más. El Dow Jones se despeñaba un
1.96%, 0 250 pts, para terminar en 12,573.57 pts y el Nasdaq se desplomaba un
2.44% y acababa en los 2,859.09 pts. El S&P’s 500, a su vez, se desmoronaba
un 2.23% hasta los 1,325.51 pts.
La avalancha de datos que se publicaron hoy por todos los
rincones del mundo, sobre todo referentes al sector manufacturero para el mes
de junio, apuntan a que la economía mundial vuelve a perder fuelle de forma
alarmante al final del segundo trimestre, y se puede digerir a una nueva
recesión mundial. Por eso es fundamental que Europa haga algo cuanto antes.
En China, el reporte preliminar del PMI manufacturero de
HSBC para junio hiló su octavo mes consecutivo de lecturas por debajo de 50, lo
que indica contracción del sector. En junio, la cifra bajó a 48.1 comparado con
48.4 en mayo. Especialmente castigado fue el componente de nuevos pedidos para exportación.
En Europa, la manufactura también sufrió un deterioro: el
PMI de la eurozona se deprimió a 44.8,
el número más bajo en 3 años, comparado con 45.1 en mayo. Dentro de Europa, el
PMI alemán se redujo a 44.7 frente a 45.2 en el mes anterior, en tanto en Francia
repuntó a 45.3 frente a 44.7. Sea como sea, todas ellas son lecturas sustancialmente
por debajo de 50, lo que significa contracción del sector manufacturero respecto
al mes previo.
Y en EU, el panorama es también desalentador. Los futuros
más o menos aguantaron un dato de subsidios de desempleo peor a lo esperado: se
ubicó en 387,000 en la semana terminada el 16 de junio comparado con 380,000
que estimaba el consenso. Pero cuando realmente las bolsas sintieron el
trancazo fue después de la apertura, con la publicación del índice de la Fed de
Filadelfia de junio: se despeñó a una lectura de -16.6, comparado con -5.8 en
mayo. El reporte sorprendió al consenso,
que esperaba que el índice mejorara para ubicarse en una cifra de -0.2%.
Menos impacto en el mercado tuvieron las ventas de casas de
segunda mano, que vinieron en línea con lo pronosticado, o los indicadores
líderes de mayo. En España se conocieron los resultados que las auditoras independientes hicieron sobre la banca. Lea la nota "Conocidos los resultados de las auditoras, ¿qué es lo que viene?".
Tras conocerse el índice de la Fed de Filadelfia, Wall
Street empezó a desinflarse y ya no volvió a levantarse. Es más, conforme
avanzaba la jornada, las pérdidas se iban ampliando: otro varapalo recibió el
mercado cuando Goldman Sachs, antes los malos indicadores económicos, recomendó
irse corto sobre le S&P’s 500, con un objetivo de 1,285, que implica una
caída de cerca de 4% respecto a su actual nivel. De modo que las bolsa de Nueva
York concluyó con una importante sangría cuando se escuchó el campanazo de
cierre.
Las señales de desaceleración en la manufactura y la amenaza
de que Moody´s rebajaría la calidad de la banca de EU hizo estragos sobre esos
sectores. El que más se hundió fue el petróleo (-4.1%), arrastrado por el
desplome del WTI (-3.7%), que por primera vez desde octubre cerró por debajo de
los 80 dólares, en 78.46 dólares. También
naufragaron los sectores de materiales básicos (-3.7%), las industriales (-2.4%) y las de consumo
discrecional (-1.9%), cuyo rendimiento está asociado al ciclo económico. El
sector financiero se dejó un 2.1% y al tecnológico también le fue muy mal, con
un derrumbe del 2.8%.
En el Dow Jones, la peor acción de las 30 “blue chips” fue
el fabricante de aluminio Alcoa (-4.2%),
seguido de Hewlett-Packard (-4.0%). En las petroleras, Chevron se despeñó un
3.2% y Exxon Mobil un 3.0%. En los bancos, Bank of America perdió un 3.9%, y JP
Morgan un 2.6%. Entre las tecnológicas, además de Hewlett-Packard, se
desfondaron Cisco Systems (-3.3%), Intel (-3.4%), IBM (-2.7%) o Microsoft (-2.6%).
Entre el cierre de hoy y la apertura de mañana se rumora que
se cumplirá la amenaza de Moody’s. De momento nada se sabe, y posiblemente su
impacto fue descontado en la jornada de hoy. Se habla de que a Bank of America
le podrían bajar su calificación en un escalón, en tanto Citi, JP Morgan y
Goldman verían una degradación de dos escalones.
Para mañana, la agenda de EU está completamente vacía. Pero
en Europa, tras la reunión del Eurogrupo de hoy, se reúnen en Roma los
presidentes y primeros ministros de las cuatro economías más grandes de la
eurozona: Merkel (Alemania), Hollande (Francia), Monti (Italia) y Rajoy
(España), en teoría para lograr consensos y preparar el Consejo Europeo de la
semana que viene. Veremos si se filtra alguna información de ahí, que es lo que
más potencial tendría para mover al mercado.
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