El primer día de mayo, en pleno Día del Trabajo, con buena parte
de los mercados cerrados, el Dow Jones cerraba en su nivel más alto de este
año: los 13,279 pts. En aquel entonces, los inversionistas celebraban el
vertiginoso inicio de este 2012, con una subida del 9.0%, que hacía olvidar
buena parte de los pesares que sufrieron durante el 2011. Aupado en los 13,279
pts, el Dow Jones estaba a sólo un 5.8% de su máximo histórico, los 14,093 pts
de octubre de 2007. Y se presumía que tras la pequeña corrección que sufrió en
abril, podrían saltar más alto.
Nosotros ya andábamos con suspicacias desde abril que esta primavera podría ser cruel. Y nuestros peores vaticinios se han cumplido: Europa, los
líderes, de nuevo vuelven a evidenciar una gran pequeñez política, no reaccionan,
no hacen nada para detener la sangría, y la economía global se descompone a
pasos alarmantes.
Ya no es que las tasas en la periferia europea, en España e
Italia, se hayan trepado a niveles insostenibles. Es que las tensiones en los
mercados financieros ya se ha trasladado a la actividad real: buena parte de Europa
está en recesión, China pierde fuelle y EU vuelve a trastabillar. La tasa de
desempleo en Europa se eleva a 11%, la manufactura china y europea se contrae,
la de EU se ralentiza y, por encima de todo, el empleo de EU, la suprema
referencia para los mercados globales, vuelve a mostrar una economía que
renquea.
En mayo sólo se crearon 69,000 puestos de trabajo, ni la mitad de lo
que esperaba el mercado (150,000). Y además, el dato de abril fue revisado a la
baja de 115,000 a 77,000. La tasa de desempleo aumentó, inesperadamente, una
décima, a 8.2%. Y lo más importante: ya no se puede culpar de la baja creación
de empleo al clima, o al menos en exclusiva, sino que detrás de ella subyace
una economía que se desvanece.
Sin crecimiento, los múltiplos de las empresas respecto a los
beneficios esperados vuelven a verse altos, las acciones lucen caras, y todo el
mundo vende. Y sin crecimiento, la demanda de materias primas se estancan, los
inventarios se acumulan, y sus cotizaciones se hunden.
Por tanto, los capitales huyen de los activos de riesgo: de las
acciones, de las materias primas, de la deuda de la periferia europea, de los
países emergentes y se esconden bajo la coraza de los bonos de los países más
fuertes: la deuda de EU, Alemania, Japón, Australia, o el Reino Unido, países
que por lo menos tienen un banco central propio (salvo Alemania) y que, por
tanto, tienen política monetaria y cambiara, que pueden imprimir dinero y
monetizar su deuda.
Pues bien, justo un mes después de tocar un máximo de 2012, de
presumir un rendimiento de 9% en el año, las ganancias del Dow Jones se han
esfumado por completo y hoy cerraba en los 12,118.57 pts. Ya está más abajo del
nivel en el que cerró el 30 de diciembre del año pasado (12,186 pts), y en el
año arroja un rendimiento negativo de 0.8%. El soporte de los 12,186 pts no
aguantó ni un día.
La primera jornada de junio, arrastrado por los pésimos datos de
Europa, China y EU, fue por tanto de pérdidas brutales, superiores al 2%. El
Dow Jones se desplomaba un 2.22% hasta los 12,118.57 pts, el Nasdaq un 2.82% a
los 2,747.48 pts y el S&P’s 500 un 2.46% para terminar en los 1,278.04 pts.
Ahora bien, si el Dow ya ha sido defenestrado, el S&P’s 500 y el Nasdaq
todavía pueden presumir ganancias en este 2012, aunque ya muy menguadas: el
S&P’s de sólo 1.6% y el Nasdaq de 5.5%.
Pese aunque aún salvan el año, lo cierto es que tanto el Nasdaq
como el S&P’s 500 ya han bajado más de un 10% desde sus máximos del año, lo
que lo ponen como un mercado técnicamente en “corrección”. En la semana, las
pérdidas del Dow, el Nasdaq y el S&P’s 500 fueron respectivamente del 2.7%,
del 3.2% y del 3.0%.
Per el panorama era espantoso allá donde se mirara: en Europa, el
Dax de Francfort fue esta vez el más catigado (-3.4%), seguido del Cac-40
(-2.2%). En las materias primas, el Brent cotiza debajo de los 100 dólares: se
hundió un 3.1% a 98.72 dólares, y el WTI un 3.8% a 83.26 dólares. El cobre
perdía un 1.5%.
En el mercado de deuda, el bono de 10 años de España se regresaba
a niveles cercanos al 6.6%, mientras que
la tasa de 2 años de Alemania llegaba a registrar una tasa negativa. La tasa
del bono de 10 años en EU se hundía 10 pbs a 1.46%.
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