Desde el inicio del mes en curso, el comportamiento de los bonos alemanes, uno de los refugios más seguros para los capitales, ha cambiado de manera abrupta. Su tasa, desde que empezó junio, ha tenido una
tendencia alcista y en tan solo 13 días ha subido 30 puntos básicos, situándose
el día de ayer en 1.47%. La pregunta es: ¿estará el mercado descontando que Alemania al final cederá y aceptará la emisión de Eurobonos? Pareciera que así es.
El 24 de Mayo pasado luego de una reunión extraordinaria de los gobernantes de la Unión europea (UE), el presidente del Consejo Europeo; Herman Van Rompuy declaró que se alistarían para “llevar a la Unión Europea a otro nivel” y agregó que en este mes de junio se entregaría oficialmente una hoja de ruta para reforzar y profundizar la unión.
Lo que es cierto es que luego de que la tasa Alemana alcanzara niveles mínimos históricos al inicio del mes, en poco tiempo ha repuntado y parecería que ante las presiones y el nerviosismo en Europa, la creación de Eurobonos se convertiría en una medida indispensable, la cual sin embargo no puede llevarse acabo sin haber un acuerdo entre Merkel y Hollande que ha sido el que más ha presionado y persuadido para tomar medidas ya.
Lo que es cierto es que luego de que la tasa Alemana alcanzara niveles mínimos históricos al inicio del mes, en poco tiempo ha repuntado y parecería que ante las presiones y el nerviosismo en Europa, la creación de Eurobonos se convertiría en una medida indispensable, la cual sin embargo no puede llevarse acabo sin haber un acuerdo entre Merkel y Hollande que ha sido el que más ha presionado y persuadido para tomar medidas ya.
La pasividad del BCE y el rescate a la banca
española no han hecho una buena combinación y han metido en serios aprietos no
solo a España sino a toda la región pues, en el momento en que las primas de
riesgo aumenten tanto que sea insostenible el servicio de la deuda para el
sector público español, traería consigo consecuencias catastróficas. Es por eso
que las medidas para calmar las aguas deben llevarse a cabo ¡ya!. El costo para Alemania, por tanto, es que quizás tenga que aceptar, al cargar con un mayor peso de la deuda europea, una degradación de la calidad de su deuda (¿perderá la AAA?), y pagar un mayor costo por sus obligaciones soberanas, que más que alemanas serán paneuropeas.
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