Ya se conocen los resultados que las dos auditoras privadas,
Oliver Wyman y Roland Berger, realizaron a la banca privada. El gobierno español,
pese a que ya conocía el dictamen del FMI, solicitó esperar el veredicto de las
auditoras privadas antes de pedir ayuda a Europa. Ahora, estos son los
siguientes pasos:
1.
Solicitar a Europa, formalmente, la ayuda que
precisa la banca española para ser rescatada. En el peor escenario, las
necesidades de recapitalización de la banca que estiman las auditoras es de
hasta 62,000 millones de euros (mde), mientras que en el escenario base sería
de hasta 25,600 mde. Por tanto, y con el fin de poseer un colchón amplio, el
gobierno español debería mantener la cifra de 100,000 mde que ofreció Bruselas
hace dos semanas, con el fin de dar confianza al mercado: en estos casos más
vale pecar por exceso que por defecto.
2.
El segundo paso es firmar el memorando con las
condiciones del préstamo. Al parecer, está descartado que el capital se vaya a
inyectar directamente a la banca, tal y como solicitaba Europa. Por tanto, lo
recibirá el gobierno español, que tendrá que definir el modelo de rescate que
va a aplicar. Por otro lado, Bruselas debe definir el costo de la ayuda y qué
garantías exigirá a España para concederle los fondos (qué peso de la ayuda
recaerá en garantías del gobierno de España y, por tanto, el impacto potencial
que podría tener en las finanzas públicas). También de dónde recibirá el dinero y si será "senior" respecto a otro tipo de deuda, como la soberana.
El mecanismo de rescate que más sonó en la
conferencia de prensa que dieron altos funcionarios de España es la de
transformar el Esquema de Protección de Activos (EPA) en un “banco malo”.
Actualmente, el EPA absorbe porcentajes muy elevados de pérdidas futuras en las
instituciones financieras que han sido intervenidas, nacionalizadas o
adjudicadas a terceros). En su hoja de balance, ya posee activos malos por casi
6,300 mde.
3.
Finalmente, se tendrán que ir detallando las
necesidades de capitales entidad por entidad, y precisar cuáles pueden acudir
al mercado para recapitalizarse y cuáles precisan ayudas públicas.
En un principio, esa segunda auditoría se
realizaría en septiembre (¿por qué tan tarde?) y una vez realizada y detallada
las necesidades de cada entidad, entonces habrá dos opciones: si el banco
decide recapitalizarse a través de recursos privados (ampliación de capital,
venta de activos, etc) tendrán nueve meses para obtener los recursos. Pero si
decide recurrir al dinero del rescate, deberá pedirlo en los primeros 15 días
después de conocerse los resultados de la auditoría. Las entidades intervenidas
por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) pueden acudir al
programa de ayudas desde “el momento presente”.
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