Que Europa se salve, cúando y cómo, está en manos de
Alemania, de la canciller Angela Merkel, de su voluntad. Pero si decide hacerlo
tendrá que ser pronto, muy pronto. EL megainversionista George Soros ya puso
plazo: tres meses. En caso contrario podría ser demasiado tarde, el euro podría
escindirse y toda la región enfrentar una “década perdida”.
Respecto a la emisión de eurobonos, Merkel se sigue mostrando
reticente, según una nota de Bloomberg. Pese a la presión de sus socios
europeos (Francia, Italia, España, la Comisión Europea) y del propio presidente
de EU, Barack Obama, cuya reelección puede peligrar si no se contiene la crisis
europea este verano, Merkel reiteró ayer en un discurso a miembros de su partido,
la Unión Democristiana (CDU) que no apoyará la emisión de eurobonos “bajo
ninguna circunstancia”.
Sin embargo, el Wall Street Journal reporta esta mañana que
Alemania empieza a contemplar bajo qué condiciones estaría dispuesto a usar sus
recursos y su credibilidad con el fin de aceptar cargar con la deuda de otros
países para ayudar al resto de la eurozona. Y esas condiciones consisten en que
los países cedan una mayor soberanía fiscal a las instituciones europeas, es
decir, que las naciones transfieran una buena parte de su política
presupuestaria a Europa para mejorar la integración fiscal. Ése es el “gran
plan” en el que ahora se trabaja, y que precisaría de cambios en los tratados
de la Unión Europea.
Se discutirá con profundidad en la próxima reunión del
Consejo Europeo el 28 y 29 de junio. Y veremos si no es otro fiasco: la
periferia necesita los eurobonos, traspasar parte de la carga de su deuda a
otros socios comunitarios, a los más fuertes, a Francia y a Alemania, que
todavía mantienen la máxima calificación crediticia, la triple A, sobre su
deuda. Pero ceder soberanía no es fácil,
y reclamarán sus derechos para decidir su política presupuestaria y el destino
de su nación.
El asunto, como dice Soros, es que ya no hay margen para
titubeos: o se ponen de acuerdo, o todo se vendrá abajo. Ya no hay espacio para
dar otro traspié u otro paso en falso.
El otro tema, el de la ayuda al sistema financiero, también
es peliagudo. Todos están de acuerdo en que hay que ayudar a la banca española,
y hacerlo con recursos comunitarios, con los dineros del fondo de rescate. Pero
España, el gobierno de Rajoy, pide que se haga de manera directa a la
institución en apuros mientras que Merkel dice que se haga a través de los
estados. ¿Cuál es la diferencia? Que en el primer caso se estaría salvando a
una institución bancaria, mientras que en el segundo se estaría rescatando a un
país que no puede sanear a su sistema financiero por sí solo, estigma que Rajoy
no acepta. Hasta ahora se resiste a aceptarlo, pero pronto se tendrá que comer
sus palabras con patatas.
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