Lo que
anunció el Banco de Japón es que comprará 10 billones de yenes adicionales
(127,000 millones de dólares) en activos. Con esto, su plan de compra de
activos se incrementa a un total de 55 billones de yenes. Si a este monto
añadimos su programa de crédito por 35 billones de yenes, el monto total
comprometido por el Banco de Japón se eleva a 80 billones de yenes.
El objetivo
del Banco de Japón, en esencia, es contrarrestar la presión apreciatoria sobre
el yen debido a las futuras inyecciones de dólares y euros. Lo que menos quiere
ahora Japón es un yen fuerte que mine el potencial exportador de Japón y socave
la recuperación económica, más ahora que han surgido tensiones con China. El
yen, que se estaba fortaleciendo, inicialmente reaccionó de manera favorable y
borró su avance. Pero en el momento de escribir esta nota se aprecia un 0.3% y
cotiza por debajo de los 79 yenes por dólar, en los 78.61 yenes.
Otra reacción
señalada en el mercado fue el del precio del oro, que se ha venido trepando en
las últimas sesiones debido a los anuncios de los bancos centrales. El temor de
los inversionistas es que tanto dinero fresco termine por generar presiones
inflacionarias. Y tradicionalmente, un activo refugio contra la inflación
futura, para preservar la valor adquisitivo del dinero, es el oro.
El oro, tras
el anuncio, se trepó a un máximo de seis meses, para tocar los 1,780 dólares la
onza. Sin embargo, también ha perdido impulso según transcurría la jornada y
ahora apenas gana un 0.3% para cotizar en los 1,776 dólares.
Finalmente,
la bolsa que descollaba hoy era el Nikkei de Tokio, que subió un 1.19% a los
9,232.21 pts, un máximo desde el 2 de mayo.
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