Actualmente, el que antes era un gran indicador
para pronosticar una recesión en Estados Unidos, ha perdido su valor
significativo en esta tarea gracias en parte a los grandes estímulos de la
Reserva Federal (Fed). Este indicador, es la curva de rendimientos.
Desde la inclusión de los Quantitative Easing (QE) o
“saneamientos cuantitativos” por parte de la Fed, la curva de rendimientos de
Estados Unidos, se ha mantenido en niveles extramadamente bajos a lo largo de sus plazos
Y es que el momento histórico que se vive en el mundo
financiero y económico es único, pues en junio pasado las tasas de interés de
los bonos de Estados Unidos a 10 años alcanzaron su nivel mínimo desde que
existe registro (1970). Mientras que en Inglaterra la hoja de balance del Banco
Central de Londres supera en niveles históricos (desde 1830), al tiempo que en
Alemania las tasas de bonos a 3 años tocaron niveles negativos. Por tanto, si
se quiere predecir el final de la crisis o incluso una perspectiva futura de la
economía, no tendría elementos estadísticos respaldados por
acontecimientos pasados para hacerlo.
El problema actualmente en la economía, además de que
las tasas de referencia de los bancos centrales sean tan bajas, es que se vive
un momento de bajísimo crecimiento. Tan solo para este segundo trimestre, la
economía de Estados Unidos apenas creció 1.7% y en Europa hubo una contracción
de 0.2% en la zona euro y de 0.1% en la UE.
Quizá tuviéramos que cuestionarnos, si es necesario
que la curva de rendimientos nos pronostique una recesión o si en realidad la
está diagnosticando, es decir, estamos hablando de algo ex ante o ex
post. Si bien, los datos indican que en Estados Unidos la economía sigue
avanzando, también podemos observar que contrario a lo que anteriormente
pasaba, ha dejado de crecer su stock de capital, es
decir, su capacidad productiva real le pasará factura a la economía
estadounidense a pesar que la tasa de interés es demasiado baja y fácilmente
permitiría la inversión en este rubro.
Otra cosa además, es la incursión de China en el
mercado de bonos. Ya lo hemos mencionado aquí, es el principal acreedor de Estados Unidos y en
2006 presionó a la baja a la curva de rendimientos en su parte larga, es decir,
literalmente “la aplanó” gracias a sus compras masivas de bonos del tesoro a
largo plazo. Ahora, provoca que simplemente los rendimientos a largo plazo sean
menores que los de corto plazo, lo cual impide que la curva tome su forma
original de nueva cuenta pues la expectativa de tasas de corto plazo es cada
vez más baja.
No conforme con ello, los mercados sospechan que la
Reserva Federal mantendría las tasas de referencia en su punto más mínimo hasta
2015 (previamente se había anunciado que sería hasta finales de 2014), prueba
de ello es la caída en los swaps de tasa de interés a 3 años de 0.85% en marzo
de este año a 0.45% para el pasado 4 de septiembre, lo cual podría presionar
aún más a la curva de plazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario