Existe un indicador que pocos le habían
prestado atención respecto al desarrollo de la actividad económica en Estados
Unidos, el cual podría traer problemas a largo plazo a la economía más grande
del mundo y podría influenciar a la Fed para darle el sí al QE3. Esto es el
stock de capital.
El crecimiento de la inversión en capital
productivo en Estados Unidos ha ido en decremento desde 1999 salvo por los años
2004, 2005 y 2006 previos a la crisis hipotecaria e incluso, para 2009 fue
negativo. Las repercusiones de este comportamiento a largo plazo pueden ser desastrosas
para el potencial económico y manufacturero del país norteamericano, pues ésta que es su principal actividad económica, tiene una alta correlación con la tendencia negativa total y es un símbolo de que en algunos años la productividad irá en
decremento por la falta de equipo, lo cual supondría una pérdida en la
competitividad.
En la víspera de la espera de un QE3, ¿Este
podría ser suficiente argumento para que la Fed dé más estímulos? No lo
sabemos, porque en los últimos años ha llenado el mercado de dinero fresco, sin
que esto suponga un aumento en la inversión en capital productivo, lo cual no
da razones para que esta vez sea distinto, con unos mercados ansiados en liquidez
para dirigirlas al mercado financiero y no al real.
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