martes, 28 de agosto de 2012

Jackson Hole se queda sin Mario Draghi. Todo el protagonismo para Bernanke


Dos atracciones tenía, en esencia, el simposio de Jackson Hole de finales de esta semana: uno era el presidente de la Fed, Ben Bernanke, el viernes, y el otro el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el sábado. Pues bien, Draghi se ha caído del cartel y nadie irá a reemplazarlo.


Mario Draghi informó que debido a la alta carga de trabajo que tiene por los preparativos sobre el esquema de intervención que el BCE estudia para intervenir en el mercado secundario, no acudirá a la cita. De paso, al quitarse de en medio, Draghi evita la presión a la que iba a ser sometido por los medios para que adelantara qué tipos de medidas planea el BCE. De este modo, el silencio del BCE se prolonga hasta su reunión de política monetaria del 6 de septiembre.

Ese día se espera que el BCE anuncie sus planes, aunque recientemente ha habido especulaciones de que no dirá nada hasta que la corte alemana se pronuncie sobre la constitucionalidad o no del fondo permanente, veredicto que se sabrá hasta el 12 de septiembre.

Sin Draghi, todo el protagonismo se concentra en Bernanke, que también tendrá una difícil papeleta de la que será complicado salir airoso. Por un lado, las minutas de la Fed sostuvieron que la Fed estaba lista para aplicar nuevos estímulos monetarios salvo que la economía mostrara un repunte en al actividad “sustancial y sostenible”. Por otro lado, el viernes pasado reiteraba que la Fed tiene espacio para aplicar más medidas expansivas si era necesario.

Ambos comentarios despertaron expectativas de que la Fed está cerca de anunciar nuevas medidas para ayudar a la economía. Sin embargo, desde la anterior reunión de la Fed, los indicadores económicos han mejorado ostensiblemente y han salido por encima de lo esperado por el mercado (nómina no agrícola, ventas minoristas, producción industrial, precio de las casas, confianza del consumidor).

Por tanto, la oposición en el seno de la Fed a nuevas medidas de estímulo se puede haber fortalecido. En esas circunstancias, es difícil justificar el anuncio de nuevas políticas de relajamiento monetario, más si tenemos en cuenta que nos hallamos en plena campaña electoral y que podría interpretarse como una intromisión de la Fed en la carrera presidencial.

De modo que Bernanke, probablemente, tendrá que hallar el modo de cómo enfriar las expectativas que se han generado en el mercado sin defraudar a los inversionistas, o de lo contrario provocará una corrección en los mercados, que han venido incorporando en sus valuaciones (acciones, bonos del Tesoro, y materias primas como el oro), la posibilidad de nuevas inyecciones monetarias por parte de la Fed. 

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