Tras el susto de ayer, hoy fue día de rally, con otra semana de
saldo positivo para las bolsas, aunque fuera muy escueto, y un nuevo máximo de
tres meses. En verdad, los inversionistas parecen haber llegado a tres
conclusiones: una, que Europa tiene un plan de acción más o menos definido, una
guía, y que mal que bien, están dispuesto a sacarlo adelante; dos, que España e
Italia, tarde o temprano, solicitarán la ayuda del fondo de rescate europeo y
por tanto, recibirán la ayuda del BCE en el mercado secundario; y tres, que
tras el dato de empleo de julio, la economía estadounidense no camina tan mal
como se pensaba, y que superado las distorsiones del clima, la tendencia
subyacente del empleo es más firme de lo que se imaginaban.
En esas tres percepciones, Wall Street se escudó hoy para rebotar
con fuerza. Al cierre de la jornada, las ganancias fueron pletóricas, como lo
fueron a lo largo de toda la sesión. El Dow Jones ganó un 1.69% para terminar
de nuevo por encima de los 13,000 pts (tras dos días de interrupción), en los
13,096.17 pts. El Nasdaq fue el que más trepó, con un alza del 2.0% para acabar
en los 2,967.90 pts. El S&P’s 500, que quebró una racha de cuatro días con unas pérdidas acumuladas, se disparó un impresionante 1.9% para concluir en los 1,390.99 pts y salvar la semana, encadenando su cuarta semana consecutiva de subidas.
La jornada empezó mal en Europa, con fuertes caídas en las bolsas,
sobre todo Madrid y Milán, y un nuevo deterioro mayor en la prima de riesgo.
Sin embargo, el mercado se dio la vuelta ante la expectación que levantó el
anuncio de que el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, daría una conferencia
de prensa tras el Consejo de Ministro de los viernes. La especulación de que
podría anunciar que acudí al fondo del rescate disparó a la bolsa de Madrid, en
tanto la prima de riesgo y, sobre todo, las tasas en el tramo corto de la curva
se desplomaban (recuerden que ayer el presidente del Banco Central Europeo,
Mario Draghi, dijo que el BCE intervendría con la compra de bonos de corto
plazo).
Rajoy no dijo ni que sí pediría ayuda al fondo, ni que no: sino
que lo estudiaría y decidiría lo que más conviniera a España. Y para eso
conminó al BCE que detallara cómo pensaban intervenir en los mercados de deuda,
y al fondo de rescate, qué condiciones impondría a los países que lo
solicitaran.
Ese mensaje dejó entrever que España sí está interesada, muy
interesada, en acudir al fondo de rescate, pero antes quiere negociar bien los
términos (al menos mejor de lo que lo hizo con el rescate a la banca).
En medio de ese contento estaban los mercados globales cuando la
Oficina de Estadísticas Laborales (BLS por sus siglas en inglés), sorprendió
con un dato para la nómina no agrícola mejor a lo pronosticado. El aumento en
la nómina fue de 163,000, mejor a los 100,000 que esperaba el consenso del
mercado. El dato supone una sustancial mejora respecto a los 73,000 puestos de
trabajo generados en promedio durante el segundo trimestre y parece sugerir que
ése es el ritmo subyacente de creación de empleo una vez superadas las
distorsiones generadas por el clima durante este invierno y primavera que
acaban de pasar.
El reporte de empleo fortaleció el rally de los futuros, que apuntaron
a una apertura cercana al 1.5%. Ya con
los mercados abiertos, se publicó el ISM no manufacturero para julio, o del
sector servicios, que representa en torno a un 90% de la economía de EU. La
lectura fue de 52.6 pts, por encima del número de 52.3 por ciento que esperaba
el consenso y superior al 52.1 de junio, que sin ser espectacular se sumaba a
la euforia de los mercados. De modo que el rally se fortaleció un poco más y
así se mantuvieron hasta el cierre de la sesión.
Tan poderoso fue el rally que varios sectores subieron más de un
2.0%: así lo lograron varios sectores asociados al ciclo económico, como el
petrolero (2.4%) que estuvo apoyado por una subida del barril del WTI de casi
el 5%, el de materiales básicos (2.2%), y el industrial (2.4%). El sector
financiero, aliviado por una crisis europea cuya resolución empieza a tomar
forma, trepó un 2.2%, en tanto que el tecnológico ascendió un 2.1%. En medio de
ese rally generalizado, el único sector que se rezagó fue el de
telecomunicaciones, un sector que suele hacerlo mejor que el resto en las
sesiones más complicadas (de hecho, es el que tiene el mejor rendimiento en el
año con un 18.2%), pero que hoy apenas se asomó un 0.1%.
Dentro del Dow Jones, dos de las
empresas más castigadas en el año fueron las que más treparon hoy: el
fabricante de computadoras Hewlett-Packard (+4.1%), y el fabricante de routers para
dirigir el tráfico de internet, Cisco Systems (3.9%). Kraft Foods, que al
cierre de ayer reportó mejor de lo pronosticado, se disparó un 4.0%. En las
financieras, Bank of America avanzó un 3.5% y JP Morgan un 2.6%. La única
acción del Dow Jones que cerró en rojo fue Verizon (-0.4%), en tanto McDonald’s
concluyó sin cambios.
La semana que viene, si no fuera por
la volatilidad que puede generar Europa, diríamos que sería una semana típica
del verano, para sestear. Los datos, tanto en EU como en Europa, son escasos y
de poco potencial para mover a los mercados. Además, una buena parte de los dirigentes
europeos están de vacaciones. Pero siempre está el riesgo de que los mercados no
den tregua, presionen la prima de riesgo de España e Italia, y tengamos otra
semana volátil. De momento, el plan parece claro: España (y posiblemente
Italia) estudiarán más detalles sobre cómo intervendrá el BCE y qué condiciones
impondrá el fondo de rescate a los países que soliciten ayuda, para
posteriormente pedir el rescate y finalmente recibir el apoyo del BCE. Ése el
plan, la guía trazada, y sucederá “en las próximas semanas”. La velocidad de
los acontecimientos la dictarán los mercados: veremos si la semana que viene
prefieren dormitar bajo el sol de la playa o prefieren mantener la excitación.
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