Wall Street cotizó con ganancias moderadas hasta que se supo el
comunicado de la Fed. Bernanke y sus colegas no mostraron premura por hacer nada, al menos en tanto no sepan qué va a pasar con el Banco Central Europeo
(BCE) mañana. Si Draghi y sus amigos del Bundesbank se aplican y logran
satisfacer las ansias del mercado, podría producirse un rally global que
permitiría a la Fed salir de este bache sin aplicar nuevas medidas de estímulo
monetario. Pero si defraudan y se produce un cataclismo en los mercados
globales, dejó la puerta abierta para reaccionar cuanto antes al mencionar que “monitorearán
muy de cerca” a la economía y a los mercados, y que harán lo que sea “necesario”
(antes decían apropiado). Pero el hecho de que hoy se mantuviera de brazos
cruzados hizo que Wall Street retrocediera tras el comunicado y terminara a la
baja.
Al cierre, Nueva York concluía muy cerca de los mínimos de la
jornada, que se produjeron justo después de publicarse el comunicado. Luego de
terminar durante tres días por encima de los 13,000 pts, el Dow Jones volvió a
concluir por debajo de ese nivel psicológico: al final de la jornada perdía un 0.25%
y acababa en los 12,976.13 pts. Por otro lado, el Nasdaq bajaba un 0.66% hasta
los 2,920.21 pts y el S&P’s 500 un 0.29% para cerrar en los 1,375.32.
El comunicado de la Fed fue casi idéntico al publicado en junio,
si bien sí se percibe un tono un poco más pesimista con la recuperación de la
economía. Aun así, no hubo indicios de que preparara un QE3, y ni siquiera
amplió el período en el que se compromete mantener la tasa de los fondos
federales en niveles “excepcionalmente bajos”, que dejó en “hasta al menos
finales de 2014”. El que no indicara nada puede ser una señal de que está
confiado en que el BCE hará su trabajo.
Pero al mismo tiempo dejó la puerta abierta para hacer algo en
caso de ser necesario. Ante eso, señalo que “monitoreará muy de cerca” a la economía
y a los mercados financieros, como dando a entender que podría actuar en
cualquier momento en caso de que el BCE defraude, incluso sin esperar a la
próxima reunión del 13 de septiembre.
Sin embargo, la decepción de que nada anunciara para hoy fue
suficiente para que Wall Street retrocediera tras el comunicado y terminara a
la baja. Por la mañana, los datos publicados tuvieron poco impacto en el
mercado, aunque hubo de todo, algunas cosas buenas y otras malas.
Entre las buenas estuvo que el pronóstico para la nómina privada
de ADP resultara mejor de lo pronosticado: su previsión fue de 163,000
comparado con 125,000 del consenso. En junio, la cifra fue de 172,000, revisado
a la baja de una lectura preliminar de 179,000. También vino bien el gasto en
construcción de junio: aunque aumentó un 0.4%, por debajo de lo esperado
(0.5%), la cifra fue más que compensada por la fuerte revisión del dato de
mayo, que pasó de 0.9% a 1.6%.
Sin embargo, el dato que supo mal a los inversionistas fue el ISM
manufacturero. Inesperadamente, y por segundo mes consecutivo, se mantuvo por
debajo de 50, lo que implica contracción del sector. Su lectura de julio fue de
49.8 comparado con 50.1 del consenso. El dato de mayo fue de 49.7.
Ese dato si dejó su huella en el sector industrial, que fue hoy el
peor del S&P’s 500 con una caída del 0.8%. Así, en el Dow Jones, la peor
acción después de la de Hewlett-Packard (-3.2%), fue Caterpillar (-1.9%).
También bajaron con fuerza Boeing (-1.5%), junto con dos financieras, Bank of
America (-1.6%) y American Express (-1.6%).
Tras el sector industrial, el de peor desempeño en el S&P’s
500 fue el de bienes de consumo básico (-0.7%), servicios públicos (-0.6%), así
como bienes de consumo discrecional (-0.6%) y financieras (-0.6%). Sólo un
sector concluyó con ganancias, el petrolero (+0.6%). De este modo, Chevron (+0.8%)
fue hoy la tercera mejor acción del Dow Jones tras Intel (+0.9%) y The
Travelers (+1.1%). Exxon Mobil apenas
avanzó un 0.1%.
Para mañana, el BCE acaparará toda la atención. Quizás sea la
reunión más importante del BCE desde la creación del euro, y ante tal embate no
puede/debe defraudar. El principal obstáculo a que la reunión sea un éxito y
las palabras de Draghi se conviertan en acciones, es el banco central alemán,
el Bundesbank. El problema es que el Buba, como se le conoce, es el banco
central más poderoso de la eurozona, el de mayor peso, y a cuya imagen y
semejanza se creó el BCE.
El mercado, alentado por las palabras de Draghi la semana pasada,
ha subido con fuerza al crear las expectativas de que el BCE, tras 20 semanas
fuera del mercado secundario, volvería a intervenir para aliviar la presión
sobre la deuda de España e Italia. Algo así tienen que anunciar mañana, incluso
si el Bundesbank impone alguna condición, como el monto total del programa o
bajo qué requisitos podría comprar deuda (¿exigirán a España más recortes?). Eso
sí, Draghi ha arrinconado al Bundesbank, y veremos si los alemanes terminan por
ceder o se mantienen en su tozudez.
Tras la decisión, que será a las 6:45 hora de México, tendremos la
conferencia de prensa de Draghi, a las 7:30. Más temprano aún se conocerá el
resultado de la reunión del Banco de Inglaterra, a las 6:00.
Justo mañana, además, habrá subasta de bonos en España. El Tesoro
buscará captar hasta 3,000 millones de euros (mde) con bonos de vencimiento en
el 2014, 2016, y 2022. Ahí se verá si realmente hay suficiente demanda, y a qué
premio, para que España pueda seguir financiándose por sí misma, o si realmente
precisa de la ayuda del fondo de rescate, para que adquiera deuda en el mercado
primario. Si hay dificultad para refinanciar su deuda, España podría verse
obligado a solicitar al fondo de rescate a que compre deuda en el mercado
primario, lo que sin duda sería a cambio de más condiciones fiscales.
En los datos económicos, en EU se publican las solicitudes de
subsidios de desempleo, cuyo impacto se amplifica cuando estamos en vísperas
del dato de empleo. Tras la apertura se publicarán los pedidos de fábrica de
junio. Aun así, con el BCE de protagonista, pasarán desapercibidos para el
mercado.
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