La salida a Facebook a bolsa, con toda la expectación levantada,
ha sido una verdadera decepción, un “bluf”, un farol. El precio del IPO fue una
locura: 38 dólares que convertían a Facebook, con más de 100,000 mdd, en la séptima empresa tecnológica más grande
de EU por capitalización bursátil, por encima de todo un emblema del sector
como Cisco. Su valor, para tener una idea, más que duplicaba al de
Hewlett-Packard.
Con el IPO, Facebook recaudaba 16,000 mdd, todo un récord
para una empresa tecnológica, y la tercera IPO más exitosa en la historia de
EU. Además, Morgan Stanely, el banco colocador líder en el IPO, se marcó el
farol de que en su primer día de bolsa, la acción podría trepar un 50%. La
magia de Facebook no tenía fin.
Pero otra vez la banca de inversión jugó chueco: al parecer
los bancos colocadores, Morgan Stanley, junto con JP Morgan y Goldman Sachs, en
medio del “roadshow” para vender el IPO de Facebook, y conociendo sus cuentas
de cerca, recortaron los pronósticos de ingresos de la red social.
Pero esa información, en vez de hacerla pública (lo que
habría arruinado el IPO) la filtraron a algunos inversionistas y no la
revelaron a todo el mercado. Por tanto, quienes supieron esa información están
golpeando la acción a costa de otros inversionistas a quienes les vendieron
miel sobre hojuelas. Otra vez las mañas de la banca de inversión, tan turbias
como siempre, asunto que debería ser investigado cuanto antes por la Comisión
de Mercado de Valores (SEC por sus siglas en inglés)
¿Cuál fue la realidad tras el IPO? Pues que en la apertura,
Facebook subió un 11% a un máximo intradía de 42.05 dólares. Y de repente se
cayó. Durante la última media hora, Facebook estuvo pidiendo la campana: su
precio se situó en 38 dólares, el de oferta del IPO, y Morgan Stanley, JP
Morgan y Goldman estuvieron sosteniendo la acción para evitar el bochorno de
ver cómo en su estreno, la acción de Facebook se hundía.
Pero ayer se desplomó un 11% y hoy, en el pre-mercado
retrocede un 3.3% adicional. La luna de miel de Marck Zuckberg va a ser menos
dulce de lo que pensaba.
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