Existen inversionistas con muy buen olfato; y luego está Carlos Slim. En una jugada que muestra varias cosas, pero esencialmente que a este precio las telefónicas europeas son una verdadera ganga, América Móvil, el conglomerado telefónico del hombre más rico del mundo, Carlos Slim, ha anunciado su intención de elevar su participación en la telefónica holandesa KPN, de una posición minoritaria de 4.8%, a una participación mayoritaria de 28%, comprándola a 8 euros por acción, un suculento premio de 23.5% respecto del precio de cierre de hoy.
Carlos Slim está haciéndoles a los inversionistas una oferta que no pueden rechazar, pues está pagándoles en efectivo, y no con acciones, por lo que los actuales accionistas de AMX no se diluyen, y los accionistas de KPN tienen en sus manos una mercancía extremadamente preciada estos días: dinero contante y sonante.
La operación de Slim revela que uno de los mejores value investors del mundo está viendo gangas en las telefónicas europeas, quienes están pagando dividend yields por encima del 10% (KPN tiene un yield del 13.2%) y que están siendo severamente castigadas por los inversionistas debido a la turbulencia continental. Para Slim, además de ser una inversión financiera a precios de ganga, representa una adquisición muy atractiva para su negocio de comunicaciones.
KPN es una empresa de mediano tamaño, con un market cap de 9.8 mil millones de euros (es decir, un tamaño equivalente a la quinta parte de América Móvil), que se integrará de manera natural en el portafolio de AMX y le dará acceso a Slim al emproblemado, hambriento de cash y baratísimo mercado de telecos europeo.
Pero hay un ingrediente adicional, que no debe de ser ajeno a los cálculos de Slim. Durante muchos años KPN fue una presa potencial de la gran rival de Slim; Telefónica, con quien KPN tiene acciones cruzadas. Durante años KPN resistió el asedio español, y ahora Slim está a punto de poner, literalmente, una pica en Flandes.
Al comprar una posición de control en KPN, Slim sabe que la emproblemada y endeudada Telefónica no podrá responderle como hace algunos años, cuando quiso comprar Telecom Italia y la española respondió endeudándose más aún para comprar orgullosa una participación en Telecom Italia que ha sido uno de los peores negocios de Telefónica, todo con tal de parar a Slim.
Pero no esta vez. Telefónica está exhausta, sitiada por los mercados, e incapaz de endeudarse más para detener a Slim en su entrada a Europa. La jugada es vindicante, pues si una presa buscó Telefónica estos años fue KPN, y ahora, pagándola en efectivo, no parece haber un obstáculo español para que Slim ponga su pica en Flandes y quizá siga adquiriendo las gangas que pululan en el mercado europeo, que está maduro para la estrategia de Slim; grandes empresas (las maltratadas telecos) a precios de ganga.
Digamos, exagerando la nota, que para Slim, Europa es la nueva Latinoamérica. Europa es el nuevo mercado emergente en donde se encuentran hoy las oportunidades, dado los severos recortes en los precios. Comprar cuando todos se están yendo. Tal es la marca de Slim.
Carlos Slim está haciéndoles a los inversionistas una oferta que no pueden rechazar, pues está pagándoles en efectivo, y no con acciones, por lo que los actuales accionistas de AMX no se diluyen, y los accionistas de KPN tienen en sus manos una mercancía extremadamente preciada estos días: dinero contante y sonante.
La operación de Slim revela que uno de los mejores value investors del mundo está viendo gangas en las telefónicas europeas, quienes están pagando dividend yields por encima del 10% (KPN tiene un yield del 13.2%) y que están siendo severamente castigadas por los inversionistas debido a la turbulencia continental. Para Slim, además de ser una inversión financiera a precios de ganga, representa una adquisición muy atractiva para su negocio de comunicaciones.
KPN es una empresa de mediano tamaño, con un market cap de 9.8 mil millones de euros (es decir, un tamaño equivalente a la quinta parte de América Móvil), que se integrará de manera natural en el portafolio de AMX y le dará acceso a Slim al emproblemado, hambriento de cash y baratísimo mercado de telecos europeo.
Pero hay un ingrediente adicional, que no debe de ser ajeno a los cálculos de Slim. Durante muchos años KPN fue una presa potencial de la gran rival de Slim; Telefónica, con quien KPN tiene acciones cruzadas. Durante años KPN resistió el asedio español, y ahora Slim está a punto de poner, literalmente, una pica en Flandes.
Al comprar una posición de control en KPN, Slim sabe que la emproblemada y endeudada Telefónica no podrá responderle como hace algunos años, cuando quiso comprar Telecom Italia y la española respondió endeudándose más aún para comprar orgullosa una participación en Telecom Italia que ha sido uno de los peores negocios de Telefónica, todo con tal de parar a Slim.
Pero no esta vez. Telefónica está exhausta, sitiada por los mercados, e incapaz de endeudarse más para detener a Slim en su entrada a Europa. La jugada es vindicante, pues si una presa buscó Telefónica estos años fue KPN, y ahora, pagándola en efectivo, no parece haber un obstáculo español para que Slim ponga su pica en Flandes y quizá siga adquiriendo las gangas que pululan en el mercado europeo, que está maduro para la estrategia de Slim; grandes empresas (las maltratadas telecos) a precios de ganga.
Digamos, exagerando la nota, que para Slim, Europa es la nueva Latinoamérica. Europa es el nuevo mercado emergente en donde se encuentran hoy las oportunidades, dado los severos recortes en los precios. Comprar cuando todos se están yendo. Tal es la marca de Slim.
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