La noticia que corrió como la pólvora durante todo el fin de
semana es que Bankia precisará, para su rescate, 19,000 millones de euros (mde),
monto adicional a los 4,465 mde en participaciones preferentes en manos del
Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB) que ya se desembolsó y
que se convertirán en acciones.
El asunto es que se sabe el monto, de por sí colosal, pero
no el mecanismo. Lo que Bankia precisa, según los cánones fortalecidos de
Basilea III, es “core Tier 1”, el capital de mejor calidad, esto es, recursos
aportados por los accionistas y reservas. Ni siquiera productos híbridos. Pero
el gobierno español no se sabe bien lo que va a dar: su propósito,
aparentemente, es utilizar deuda del gobierno para recapitalizarlo. ¿Es con
deuda pública como piensa recapitalziarlo? ¿O usará esa deuda como garantía
para pedir prestado al Banco Central Europeo (BCE)? No está claro: ni siquiera se sabe si el
gobierno de Mariano Rajoy ha comunicado sus intenciones al BCE.
Ante el derrumbe de los mercados, Rajoy, en una
comparecencia inesperada, trató de traer la calma con las frases que siempre se
usan en estos casos: que “no va a haber ningún rescate de la banca española”.
Pero esos cada vez son menos los que se lo creen. Por el contrario, cada día
son más los que piensan que lo que se debería hacer cuanto antes, para detener
la sangría española, es rescatar a su banca, y que lo haga Europa (hasta el
presidente francés Hollande ya lo propuso). Rajoy dice que no, y un día se
terminará comiendo su orgullo.
Como los mercados no se lo creen, la banca española que
cotiza en bolsa se hizo pedazos: Bankia llegó a desplomarse durante la jornada hasta
un 30% después de que el viernes se suspendiera su cotización, y en su descenso
al infierno arrastró con ella a todas las financieras. Al cierre Bankia se
hundía un 13.4%, el BBVA un 3.4%, el Santander un 3.2%, el Banco Popular un
7.5%, Banco Sabadell un 5.3%, CaixaBank un 5.1%, y Bankinter un 4.3%.
De este modo, el Ibex-35 de Madrid sufrió otra jornada terrible
y se despeñó un 2.2%, terminando en los 6,323.19
pts, un nuevo mínimo de 2003. A su vez, y aunque Rajoy niegue cualquier relación
entre la caída del sistema financiero español y el comportamiento de la deuda,
la prima de riesgo se trepó a un nuevo máximo de 513 pbs.
La política de negación de Rajoy no va a funcionar. Mejor
que vaya pensando en acudir a Europa y ver cómo lo vana rescatar, si es que pueden.
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