El rally de Apple ha sido fulgurante este año: pasó de los
500 dólares la acción a los 600 en un abrir y cerrar de ojos y el pasado 9 de
abril cerraba en un máximo histórico de 636 dólares. Eso implicaba una subida
del 57% respecto al nivel de cierre de 2011. Sin duda ha sido la gran estrella
en lo que llevamos de año, la manzana fresca, oronda y lozana que ideó Steve
Jobs.
Ahora bien, desde esa fecha, la acción ha empezado a trastabillar.
Previo a su reporte trimestral, la acción descendió con fuerza y retrocedió a los
560 dólares el 24 de abril. Al cierre de esa jornada publicó sus cifras
trimestrales: Apple casi duplicó sus beneficios respecto al primer trimestre de
2011. El 25 de abril, la acción se disparaba un 9%, y reconquistaba los 600
dólares para terminar en $610.
Pero el rally no ha tenido continuidad: desde entonces, la
acción ha vuelto a retroceder y hoy cotiza en torno a los $585. El éxito de
Apple este año, además de sus portentosas ventas, ha residido en una nueva
forma de gestión de empresa. Tim Cook hizo dos cosas a las que se opuso Jobs:
repartir dividendos y recurrir a programas de recompra de acciones. Pero sin
embargo, no se saben de nuevas innovaciones más allá de las versiones
actualizadas de los productos ya existentes.
Apple empieza a suscitar dudas, y lo peor, uno de los
artífices de su éxito ya no cree en ella. Su nombre es Scott Forstall,
vicepresidente senior de Apple y el ejecutivo encargado del software de los
productos de Apple. Fue quien ideó el iOS, el sistema operativo del iPhone y
del iPad. Muchos creen que será el próximo CEO de Apple. Pues bien, el pasadoviernes vendió el 95% de sus acciones de Apple: 65,151 acciones por un valor de
38.7 millones de dólares. ¿Por qué será?.
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