Pues no. El dato de empleo no fue mejor de lo esperado, sino que vino peor. Entre eso y que Europa vuelve a ser una calamidad, Wall Street
concluyó con pérdidas pronunciadas, del 1% o más. La nómina no agrícola fue de
80,000, comparada con 100,00 que esperaba el consenso. Y el incremento de la
nómina privada, con 84,000, fue el más bajo desde agosto del año pasado, lo que
hace pensar que la crisis europea está pasando factura al crecimiento de EU. En
consecuencia, los capitales volaron de los activos de riesgo (bolsas y bonos de
la periferia europea y mercados emergentes) a los activos seguros (bonos del
Tesoro de EU y “bunds” alemanes”, y el euro se desplomaba por debajo de los
1.23 dólares a un mínimo de 2 años.
Al cierre de la jornada, el Dow Jones perdía un 0.96% para
terminar en los 12,772.47 pts y el Nasdasq bajaba un 1.3% para concluir en los
2,937.33 pts. El S&P’s 500 caía un 0.94% para acabar en los 1,354.68 pts. Y
si no fue peor es porque surgieron, otra vez rumores de que la Fed podría
intervenir en los mercados. De momento, la posibilidad de otro programa de
compra de activos, de un QE3, está otra vez sobre la mesa.
La semana, que empezó bien, con el sentimiento de que la cumbre
europea podría servir para ganar tiempo al menos, terminó como el rosario de la
aurora, poniendo los inversionistas pien en polvorosa. Aun así, el saldo semanal
logró salir airoso: el Dow perdió un 0.8% en esta semana corta por el feriado
del miércoles del día de la Independencia, y el S&P’s 500 un 0.5%. El
Nasdaq, por otro lado, logró apenas sacar la cabeza, con un avance mínimo de
menos del 0.1%.
Con la percepción de que la economía global descarrila por la crisis
europea, de que el crecimiento flaquea, las materias primas también se hicieron
pedazos: el Brent se hundió un 2.8% a los 97.87 dólares, y el WTI un 3.5% a los
84.17 dólares. El gas natural se desplomó un 5.5%.
El caso es que los sectores más ligados al ciclo económico, como
el de materiales básicos (-1.4%), las petroleras (-1.1%), las industriales
(-1.5%) fueron los que salieron más escaldados en este viernes de empleo,
aunque el que peor se comportó fue el tecnológico (-2.0%). Las financieras,
pese a que las crisis de deuda soberana europea les atañe sobre todo a ellas, bajaron
un 0.6%.
El castigo a las compañías del sector tecnológico se debió a que
dos compañías, Seagate Technology y Informatica publicaron resultados peores a
lo pronosticado. Informatica, que fabrica software para corporaciones, se
desplomó un 27%.
De modo que en el Dow Jones, se hundieron con fuerza todas las
tecnológicas, como el mayor fabricante de computadoras personales
Hewlett-Packard (-3.5%), el mayor proveedor de servicios para computación, IBM
(-2.0%), el mayor fabricante de software, Microsoft (-1.7%), y el mayor fabricante
de chips Intel (-1.5%). Cisco Systems, el mayor fabricante de “routers”
retrocedió un 1.0%. Apple, la empresa más grande del mundo por capitalización
bursátil, retrocedió un 0.7%.
Además, cayeron con fuerza Alcoa (-2.2%), Caterpillar (-2.5%),
General Electric (-1.6%), y United Technologies (-1.7%). En las petroleras,
Chevron perdió un 0.9% y Exxon Mobil otro 0.9%. Entre las financieras, Bank of
America bajó un 2.1% y JP Morgan un 1.4%.
Las que se salvaron fueron las empresas de consumo básico y las
telefónicas: subió Wal-Mart (0.4%), Home Depot (0.1%) y McDonald’s (0.4%),
junto con AT&T (0.3%) y Verizon (0.1%).
El panorama, por tanto, pinta feo. La maldición del verano, una vez más, vuelve a pender sobre los inversionistas: Europa
no sale de sus apuros, y no hay a la mano fácil solución (el BCE se resiste a
intervenir), y la economía global se desvanece. Una combinación que puede ser
letal para los próximos meses. Veremos en qué termina esto. De momento, lo
mejor es estar lo más líquido que se pueda hasta que se tenga visibilidad, que
se suele decir. La semana que viene empieza con Alcoa la temporada de reportes
corporativos.
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