La principal respuesta que buscaron los inversionistas en
las minutas de la Fed de la reunión del pasado 19-20 de junio es si habrá un
nuevo programa de compra de activos, un QE3, ante la percepción de que la
recuperación económica en EU pierde impulso, que la inflación está bajo
control, y que Europa supone una amenaza para estabilidad financiera y el
crecimiento económico global.
Respecto a ese asunto, el párrafo más esclarecedor es el
siguiente: “Algunos miembros expresaron su visión de que políticas adicionales de
estímulo económico podrían ser necesarias para promover un crecimiento
satisfactorio en el empleo y asegurar que la tasa de inflación se sitúe dentro del
objetivo del Comité. Varios otros miembros señalaron que acciones de política
adicional podrían garantizarse en caso de que la recuperación económica pierda
impulso, o si los riesgos a la baja en los pronósticos de crecimiento fueran lo
suficientemente pronunciados, o si pareciera probable que la inflación se va a
situar de manera persistente por debajo del objetivo de largo plazo del Comité.
El Comité acordó que estaba preparado para adoptar más acciones según
conviniera para promover una recuperación económica más fuerte y una mejora
sostenida en las condiciones del mercado laboral en un contexto de estabilidad
de precios. Alguno miembros hicieron
notar que ayudaría tener una mejor comprensión de qué tan grande tendría que
ser la compra de activos de la Reserva Federal para causar un deterioro
significativo en el funcionamiento del mercado de títulos, y de los costos
potenciales que tal deterioro provocaría en la economía en su conjunto”.
De esto se deriva que no hay una visión uniforme, homogénea,
en el seno de la Fed. Que mientras que unos creen que la economía precisa de
más estímulos para ayudar al mercado laboral, otros no lo creen que sea
oportuno aún salvo que se den ciertas condiciones (que la recuperación pierde
fuerza o que la inflación cae). Además, varios miembros se muestran preocupados
por los efectos que la compra masiva de activos por parte de la Fed puede tener
en los mercados.
Por tanto, el texto de las minutas fue más tibio de lo
pensado por los inversionistas, que esperaban señales más claras a favor de un
nuevo programa de compra de activos, un QE3. Además, considera que los riesgos a la baja se han incrementado como resultado de la crisis europea y del impacto negativo de la política fiscal en EU el año que viene. En consecuencia, las pérdidas de
Wall Street se acrecentaron tras las minutas. Según escribimos esta nota, el Dow
Jones baja un 0.7%, el Nasdaq un 1.0% y el S&P’s 500 un 0.4%.
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