Europa parece que esta vez va en serio, que el aviso del
presidente del BCE, Mario Draghi, ese “créanme” en que harán lo que tengan que
hacer y será suficiente, no se quedarán en palabras vacías, como él mismo decía
ayer en la conferencia. Y a lo que apuntan las últimas declaraciones de altos
funcionarios es que sí habrá compra de bonos de la periferia (mayormente España
e Italia) en el mercado secundario por parte del BCE. Y al parecer a ese
esfuerzo podría unirse el fondo de rescate temporal (EFSF por sus siglas en
inglés).
Ayer, Mario Draghi advirtió que “el BCE está listo para
hacer lo que sea necesario para preservar el euro y créanme: será suficiente”. En
esa misma tónica se expresó el gobernador del Banco de Francia y actual
presidente del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés),
Christian Noyer, quien dijo en una entrevista que “está muy claro que haremos
todo lo que haga falta para que la transmisión de nuestra política monetaria se
dé en las mejores condiciones posibles para nuestras economías”.
Tanto Draghi como Noyer, por tanto, pusieron las
expectativas muy altas de cara a la próxima reunión del BCE del jueves, y ahora
no pueden defraudar (salvo que enfríen las expectativas de aquí hasta la fecha
de la reunión, sobre todo los alemanes).
Pero no sólo desde el BCE llegan buenas señales. Ahora
mismo están reunidos la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés
Francois Hollande para buscar una acción coordinada entre los países miembros y
el BCE. El periódico francés “Le Monde” hace énfasis en esa estrategia.
Según la propuesta que se baraja, el Fondo Europeo de
Estabilidad Financiera compraría deuda de España e Italia en el mercado
primario para hacer el costo de financiamiento de ambos países sostenible (a la
espera de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad, el ESM, esté operativo), en
tanto el BCE reactivaría el programa de
compra de deuda en el mercado secundario para seguir deprimiendo la prima de
riesgo. Según un alto funcionario europeo, “el BCE no iría sin los gobiernos:
intervendrá si ellos están dispuestos a activar los fondos de rescate”.
Por tanto, no sólo desde Frankfort, sino también desde Bruselas,
se trabaja para reconducir el costo de financiamiento de España e Italia a
niveles más tolerables. ¿Qué es lo que ha hecho mudar de perspectivas de forma
tan rápido tanto al BCE como a los gobiernos europeos?
Una, que Luis de Guindos se paseó esta semana por Alemania
y Francia para hablar con sus homólogos, Schäuble y Moscovici, y mostrarle
todos los detalles del colosal paquete de austeridad que aprobó el Congreso la
semana pasada en medio de fuertes protestas sociales en toda España. Tanto
Bruselas como el BCE se mostraban recelosos con los esfuerzos de España para
reconducir sus finanzas públicas a una senda más sostenible, como el propio
Draghi había manifestado. Al parecer, Luis de Guindos hizo un buen trabajo en
esas visitas.
Y dos, que empieza agosto, que muchos operadores del
mercado de deuda andan de vacaciones y el mercado es ahora menos líquido, por
lo que si se realiza una intervención en agosto, tanto al BCE como al fondo de
rescate, en caso de actuar conjuntamente, les saldría mucho más barato deprimir
las tasas de interés de la deuda española e italiana y hundir la prima de
riesgo.
Por tanto, todo parece ser que sí, que se alistan para
hacer algo grande y eso es lo que empieza a descontar el mercado, que tras el
rally de ayer siguen subiendo esta mañana. Y si no defraudan (¡no pueden o
sería el caos!), este rally viene fuerte y puede tener cuerda durante el verano.
Ahora falta convencer al presidente del gobierno español,
Mariano Rajoy, de que pida la ayuda de los fondos de rescate e intervengan en
el mercado primario, con el “estigma” que eso implica además de las condicionalidades
a las que se sometería a España.
El otro punto crucial para convencer a los mercados es que
los fondos de rescate cuenten con suficientes recursos. Para eso es preciso otorgar
al fondo de rescate permanente una licencia bancaria de modo que pueda acceder
al financiamiento del BCE y tenga un mayor músculo, con una capacidad de
intervención superior a los 500,000 mde que se han asignado, propuesta a la que
se oponen los alemanes del Bundesbank.
De todos modos, esa posibilidad todavía
está lejana dado que el ESM no está operativo y todavía tiene que darle el
visto bueno el Tribunal Constitucional alemán, cuyo veredicto se espera para el
12 de septiembre. Este asunto no debe ser descuidado, porque el Tribunal
Constitucional es a los acuerdos políticos lo que el Bundesbank a los acuerdos
monetarios.
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