Los fondos públicos de Gran Bretaña han tenido
que desembolsar más de lo que inicialmente se tenía pensado en el presupuesto
de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 debido a un incremento en los
requerimientos de seguridad entre otras necesidades en infraestructura, sin
embargo, el mayor problema al que se ha enfrentado, ha sido el abandono del
sector privado para financiar la justa deportiva más importante del mundo que
también es la marca más grande y costosa del orbe.
El financiamiento de los Juegos Olímpicos de
Londres 2012, fue planeado bajo una estructura de asociación público-privada
donde el paquete de recursos públicos para mayo de 2003 (poco antes de la
oferta oficial) era de 2,375 millones de Libras (incluyendo la inversión
requerida para los Juegos Paralímpicos) mientras que la aportación privada se
tenía previsto que fuera de 738 millones de Libras, es decir el 23.71%. Sin
embargo al momento de la oferta el presupuesto total para financiar los Juegos
Olímpicos ya era de 4,036 Libras y la participación privada continuaba siendo
de 738 millones de Libras con lo que su participación cayó a un 18.29%.
El problema más grande se presentó para 2007
donde fueron reconfigurados los costos, y donde además el financiamiento
privado prácticamente desapareció. El presupuesto para este año se incrementó
en 131%, mientras que la aportación privada se redujo en 77% pasando de 730
millones de Libras a 165 millones de Libras y por lo cual, se decidió destinar
estos recursos al fondo de previsión de riesgos (incluido en el presupuesto).
En el reporte expedido por la National Audit Office, se explica que dicha
reducción de la participación privada no afectó a la construcción de la Villa
Olímpica la cual sería financiada casi en su totalidad por dicho sector y no es
incliuda en el presupuesto.
Para 2010, los costos parecían reducirse ya sin
contemplar el aporte privado. Pues el presupuesto había disminuido a 9,298
(-0.29%) el cual fue aprobado para noviembre de 2011. Sin embargo, un factor
importante a relucir es el incremento en el uso de los fondos de erario público
para financiar y cubrir los huecos que dejó el sector privado, pues de 1,044
millones de Libras que se tenía contemplado gastar en 2003 directamente de la
tesorería inglesa (Exchequer), pasó a 5,975 en 2007 y a 6,248 en 2010-2011.
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