Nos espera una semana intensa, llena de tensiones. Creemos que el desenlace final puede ser feliz, y que culmine así o no depende en gran medida de lo que suceda el jueves en la reunión del Banco Central Europeo (BCE). Pero con Europa nunca se sabe. La semana está cargada de acontecimientos: además de la reunión del BCE, el miércoles, un día antes, habrá reunión de la Fed, en tanto el viernes se publica el dato de empleo de EU, que viene precedido por otro puñado de datos de interés (gasto e ingreso personal, gasto en construcción, venta de autos, ISM manufacturero y no manufacturero). La temporada de reportes corporativos sigue su cauce, y para la semana que viene reportarán empresas como Pfizer, Valero Energy, AIG, General Motors, Kraft Foods, o Procter & Gamble.
Veamos los tres principales acontecimientos de la semana.
Reunión del BCE
Europa sigue copando el centro del escenario de los mercados mundiales. Franckfort, donde está la sede del BCE, acaparará todas las miradas (junto con la olímpica Londres, claro está). Allí se espera, el jueves, que tras las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, se mande un mensaje contundente de apoyo a los mercados de deuda de España e Italia. Ahora sí, casi todos, parecen estar a favor de hacer algo… salvo el todopoderoso Bundesbank, el Buba.
La idea que parece circular, según ha difundido el diario francés “Le Monde” es que actúen conjuntamente el BCE y los gobiernos. Como ha dicho un alto funcionario, “el BCE no iría sin los gobiernos: intervendrá si ellos están dispuestos a activar los fondos de rescate”.
Según esta propuesta, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF), a la espera de que el fondo permanente, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM), esté operativo, compraría deuda de España e Italia en el mercado primario dada la actual ausencia de demanda, de modo que redujera el costo del servicio de la deuda de ambos países a niveles tolerables.
Conjuntamente, el BCE reanudaría el programa de compra de deuda en el mercado secundario para deprimir la prima de riesgo y mejorar el funcionamiento de los canales de transmisión de la política monetaria, que es lo que exige su mandato.
¿Quiénes apoyan esta propuesta? Por el lado del BCE, además de su presidente, Mario Draghi, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, quien ayer se pronunció de la misma manera: “está muy claro que haremos todo lo que haga falta para que la transmisión de nuestra política monetaria se dé en las mejores condiciones posibles para nuestras economías”.
A nivel de los gobiernos, hoy, tras una conversación telefónica, tanto la canciller alemana Angela Merkel como el presidente francés, Francois Hollande, dieron su espaldarazo a la idea con el mismo mensaje: “Francia y Alemania estamos firmemente comprometidos con la integridad de la eurozona. Estamos determinados a hacer todo lo que esté en nuestras manos para protegerla”. En un comunicado conjunto insta a los Estados miembros y a las instituciones europeas a “cumplir con sus obligaciones” según sus prerrogativas, y urgen a poner en práctica de forma rápida las concusiones del Consejo Europeo del pasado 28 y 29 de junio.
El ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, se unió al corifeo que aclama las palabras de Draghi al tiempo que bendijo el plan de austeridad y de reformas de España. Schäuble se reunió con el ministro de Economía español Luis de Guindos esta semana para evaluar el colosal programa de ahorro de España por 65,000 millones de euros (mde).
Otro pilar del plan de ayuda a España e Italia consiste en otorgar al fondo permanente, el ESM, una licencia bancaria de modo que tenga acceso al financiamiento del BCE, lo que reforzaría su músculo para intervenir en ayuda de España e Italia (actualmente, los fondos con los que cuentan son de 500,000 mde, lo que a los ojos de muchos inversionistas puede ser insuficiente). Sin embargo, esta medida está lejana en el tiempo, pues el ESM todavía no está operativo y tiene que esperar la luz verde del Tribunal Constitucional alemán, cuyo veredicto se dará a conocer el próximo 12 de septiembre.
¿Quién se opone a este plan? El Bundesbank. Tanto a la compra de deuda por parte del BCE en el mercado secundario como a la concesión de una licencia bancaria al ESM. Para el Bundesbank, la intervención del BCE en el mercado secundario es problemático y consideran que “no es el instrumento más sensato” para superar la crisis de deuda al generar falsos incentivos a los gobiernos.
Más aún se resisten a otorgar una licencia bancaria al ESM para comprar bonos en el mercado primario, al considerar que se estaría monetizando la deuda a través del fondo de rescate, algo que no permite el Tratado Europeo. Pero como decíamos, esa cuestión no es tan inmediata.
¿Qué nos hace ser optimista con la reunión del BCE?
1. Las expectativas se han puesto muy altas y no pueden defraudar. Draghi perdería toda credibilidad, y si algo se ha notado, es que gusta que el mundo esté pendiente de él y de los vocablos que salgan de su boca. A esta alma goldmansachiana, como a toda su casta, le gusta sentirse poderoso, y si falla perderá toda credibilidad de un plumazo después de la que ha armado.
2. El Buba, sí, es muy poderoso, y su ortodoxia es la que dicta la conducción de la política monetaria en el BCE. Pero sólo tiene un sillón y un voto, que puede ser contrarrestado por el resto de los miembros del Consejo de Política Monetaria. Eso sí, la beligerancia en el seno del BCE aumentará y, de mostrarse el Buba contrario, el efecto sobre los mercados puede verse mitigado ya que pueden minar decisiones futuras.
1. Las expectativas se han puesto muy altas y no pueden defraudar. Draghi perdería toda credibilidad, y si algo se ha notado, es que gusta que el mundo esté pendiente de él y de los vocablos que salgan de su boca. A esta alma goldmansachiana, como a toda su casta, le gusta sentirse poderoso, y si falla perderá toda credibilidad de un plumazo después de la que ha armado.
2. El Buba, sí, es muy poderoso, y su ortodoxia es la que dicta la conducción de la política monetaria en el BCE. Pero sólo tiene un sillón y un voto, que puede ser contrarrestado por el resto de los miembros del Consejo de Política Monetaria. Eso sí, la beligerancia en el seno del BCE aumentará y, de mostrarse el Buba contrario, el efecto sobre los mercados puede verse mitigado ya que pueden minar decisiones futuras.
3. Finalmente, el Buba se sentirá arrinconado no sólo por las fuerzas internas del BCE (Draghi, Noyer), sino también por las fuerzas políticas, incluso dentro de su misma casa (Schäuble, Merkel).
Por tanto, hay motivos para sentirse optimista. No dudamos que los funcionarios del banco central alemán traten de rebajar las expectativas con la reunión del BCE en los próximos días. Pero algo de calado tiene que salir de esa reunión, y eso sería anunciar que se reactiva el programa de compra de bonos en el mercado secundario y que están dispuestos a hacer uso de él si así lo consideran pertinente.
Reunión de la Fed
También con la reunión de la Fed se han levantado muchas expectativas, más tras lo artículos de Jon Hilsenrath en el Wall Street Journal, quien parece haber sustituido a John Berry como la pluma que transcribe los pensamientos de la Reserva Federal. Sin embargo, el dato del PIB para el segundo trimestre del año publicado hoy, un poco mejor de lo esperado, junto con las revisiones al alza a trimestres previos pueden emplazar a la Fed a esperar y tomar una decisión hasta la reunión de septiembre.
El PIB del segundo trimestre se expandió a una tasa anualizada de 1.5%, por encima de lo pronosticado por el consenso de Bloomberg (1.4%). El PIN para el primer trimestres se revisó de 1.9% a 2.0%, en tanto que para el cuarto trimestre pasó de 3.0% a un 4.1%, una brutal revisión de 1.1 puntos porcentuales.
SI bien es cierto que los indicadores económicos publicados en las últimas semanas apuntan a que la economía de EU terminó el segundo trimestre del año con muy poca fuerza, todavía es prematuro decir que EU se dirige a una nueva e inminente recesión. Entre los más llamativos está la desaceleración en el ritmo de creación de empleo, el estancamiento de la manufactura medido por el ISM, o el deterioro de la confianza del consumidor, la contracción de las ventas minoristas y las caídas de las ventas de casas.
Sin embargo, algo de verdad hay en que parte de la desaceleración en la actividad económica durante el segundo trimestre se debió a la reversión del efecto positivo que el clima muy templado del invierno generó a principios de año. Aunque detrás de esos indicadores subyace una tendencia más débil de lo que implicaría las mutaciones atmosféricas, es difícil calibrar cuál es. Desgraciadamente, el dato de empleo de julio, que serviría para dirimir esas dudas, se publicará dos días después de la decisión de la Fed.
Hilsenrath señala que más allá de la desaceleración económica, lo que preocupa a la Fed son los riesgos de deflación que vuelven a asomar. Sea como sea, es cierto que la Fed ha mostrado un mayor sesgo hacia nuevas políticas monetarias acomodaticias, enumerando un amplio número de medidas posibles. Sin embargo, las señales de desaceleración no son tan contundentes como para recurrir aún a ellas y mucho menos a un QE3, como sugieren algunos.
Dato de empleo de EU
Finalmente, el dato de empleo de EU será el indicador más relevante, el de mayor potencial para mover al mercado, la semana que viene.
La importancia de la cifra de julio reside en que tras las distorsiones provocadas por el clima durante este invierno y la primavera, la cifra de julio puede indicar cuál es la tendencia subyacente del empleo, es decir, si el bajo ritmo de creación de puestos de trabajo observada durante el segundo trimestre se debió a la reversión del efecto climático o realmente a la debilidad de la economía. En el segundo trimestre sólo se generaron 225,000 empleos comparado con 677,000 en el primero.
Nuestra perspectiva es que la nómina no agrícola aumente en 100,000, prácticamente en línea con el consenso (97,000), tras crecer en 80,000 en junio. La gran incógnita estará relacionado con la nómina de los maestros, que por racionales estacionales se suele hundir en julio, con el fin de las clases, por lo que cualquier desviación de su tendencia puede mover la cifra final bien para arriba o para abajo.
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