La
jornada de hoy fue ciertamente decepcionante en los mercados globales. Las
bolsas europeas subieron pero por puro trámite, por el pretexto del anuncio que
hizo el Eurogrupo con los detalles del rescate a la banca española. Por lo
mismo se relajó la prima de riesgo de España e Italia. Pero ahí quedó el
asunto. El euro se desplomó a un nuevo mínimo de dos años, las materias primas
se deprimieron, y Wall Street, que abrió con moderadas alzas, terminó
sucumbiendo. ¿Qué es lo que pasa para que la reacción de los inversionistas a
los esfuerzos europeos por salvar la moneda única cada vez sea más parca y
escueta? Ya ni siquiera tenemos un “rally de alivio” de por lo menos un día.
La
razón estriba en que “del dicho al hecho hay un trecho”, y la credibilidad de
las instituciones europeas a los ojos de los mercados anda ya por los suelos.
En Europa son muy buenos para pergeñar tratados, acuerdos, cartas de
intenciones, memorándums, y todo ese papeleo. Pero para ponerlo en práctica,
ése es otro cantar. Es decir, son buenos para los grandes acuerdos políticos,
de grandes miras, de tan altas miras que no se ven en el horizonte. Pero
malos, pésimos, para tomar medidas orientadas a los mercados, de impacto
inmediato para medir su pulso, que es lo que se necesita ahora.
Por
eso, en Wall Street, cada vez se mira con más desdén los grandes anuncios de
política de la eurozona, incluso con indiferencia. Realmente se desconoce
a partir de cuándo se podrán aplicar las políticas, o qué obstáculos quedan por
delante para poder llevarlas a cabo. ¿Qué dudas genera el memorándum anunciado
ayer para que los inversionistas lo despreciaran? Aquí van algunas.
I) El
memorándum prometió que antes de que termine el mes, la banca española tendrá
disponible, en caso de necesitarlo con urgencia, 30,000 millones de euros
(mde). ¿Será eso cierto? La realidad es que todavía tienen que ratificar ese
memorándum los 17 parlamentos de la eurozona, y en algunos países como
Finlandia y Holanda, rechazan el rescate a la banca española. Es cierto que se
puede salvar ese escollo si la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE)
consideran que la entrega de los fondos europeos es de máxima urgencia. En ese
caso, sólo se precisarían, para liberar los recursos, el 85% de los votos. El
caso es que todavía tendrá que reunirse el Eurogrupo, y al parecer se puso la
fecha del 20 de julio para el siguiente encuentro.
II)
No están resueltas todas las dudas sobre cómo será la recapitalización de los
bancos: si se dará directamente la ayuda a las instituciones financieras, o se
hará a través del Estado español. De momento, el Memorándum dice que “España requeriría
de un crédito del EFSF, que cubriría los requerimientos de capital estimados
junto con un margen adicional de seguridad, estimando que sumen un total de
100,000 mde…El FROB, actuando como un agente del gobierno español, canalizará
los fondos a las instituciones financieras implicadas”. Por tanto, en un
principio, parece que el Estado español ofrecerá las garantías por los recursos
entregados. Pero por otro lado, se rumorea que una vez que esté listo el órgano
supervisor para toda la banca europea, el dinero pasaría a recapitalizar
directamente a la banca como se había acordado en el Consejo Europeo. ¿Es eso
cierto? El ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble, dice que no. ¿Se aclarará
esa cuestión en futuros encuentros?.
III)
Como se ha mencionado arriba, los recursos del rescate a la banca provendrán,
de momento, del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, el EFSF por sus siglas
en inglés, o el fondo de rescate temporal. ¿Por qué no del fondo permanente, el
Mecanismo Europeo de Estabilidad? Simplemente porque aún no está operativo. Se
espera que lo esté pronto, pero tampoco es seguro. Como hemos venido
advirtiendo, el Tribunal Constitucional alemán podría declarar, en los próximos
días, que vulnera la soberanía nacional y retrasar su funcionamiento hasta
finales de año. Eso dejaría a Europa con escasos fondos para combatir todos los
frentes: los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal, más la ayuda a la banca
española, más la munición para comprar en los mercados secundarios deuda
soberana de los países periféricos en apuros. Demasiada poco metralla para
calmar a los mercados. Ante esta situación, Schäuble ha pedido al Tribunal teutón
que sea sensato y no eche para atrás al fondo permanente, o podría provocar un
terremoto financiero.
IV)
Se ha vendido como un éxito el que se haya relajado el cumplimiento de las
metas fiscales para este año, y se haya retrasado el objetivo del déficit
fiscal del 3% para el 2014. Pero la realidad es que no se han retrasado las
metas para así dar holgura a España y promover el crecimiento de su economía,
sino como constatación del fracaso de esas políticas y la imposibilidad de
cumplirlas. Por tanto, la receta al final es más de lo mismo: otro paquete de
austeridad fiscal que, junto con los fuertes requerimientos de capital que exigirán a la banca y la consiguiente restricción del crédito, lo único que logrará será ahondar la actual recesión
económica. Una recesión más profunda, a su vez, lo que hace es pegar otro
mordisco a la crisis bancaria y de deuda de España.
Y
si la crisis bancaria se agudiza por una recesión más profunda, ¿serán los
100,000 mde suficientes para rescatar al sistema financiero español? Por tanto,
las dudas siguen aleteando sobre la meseta castellana: si el programa de
rescate es suficiente, y cuándo llegará el dinero. Si ese dinero llegará
directamente a la banca o a través del Estado, computándose como más deuda. Si
el BCE se decidirá a intervenir comprando bonos soberanos en el mercado
secundario. Si Europa tiene, con tan poco dinero, para tanto rescate de países,
de bancos, y para comprar títulos de deuda pública. Si los líderes europeos
están encarando realmente el problema del crecimiento. Y si en definitiva, esto
devuelve la confianza de los inversionistas para reabrir a la banca el
financiamiento en los mercados mayoristas y para comprar bonos españoles a tasas
asequibles. La tarea es ardua y compleja y, de momento, por el comportamiento
visto ayer en los mercados, se deduce que lo hecho no es suficiente.
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