Pasada la cumbre europea, ésa en la que aparentemente se logró
evitar un cataclismo en Europa gracias a que se convenció a Alemania sobre la
necesidad de rescatar a la banca directamente y usar los fondos del rescate
para comprar deuda de los países en apuros, pareciera ser que los mercados no
saben bien a bien para dónde tirar. Por un lado, no se sabe qué tan efectivas
serán las políticas acordadas en la cumbre, más si tenemos en cuenta la
oposición que ya ha surgido entre algunos socios, entre ellos Finlandia. Por
otro lado, persiste el problema del crecimiento global: que Europa se haya
librado de una catástrofe no quiere decir que automáticamente se abra el camino a una expansión
económica más firme. Finalmente, existe cautela antes de la temporada de
reportes corporativos que iniciará en breve, donde veremos cómo salen libradas
las grandes empresas de un segundo trimestre muy complicado para la economía
global.
Con esas consideraciones en mente, Wall Street se negoció de forma
precavida durante toda la jornada. El cierre fue mixto, si bien logró mejorar
los registros gracias a un estirón de
las bolsas de última hora. El Dow Jones apenas cedió un 0.07% a los
12,871.39 pts. Pero el Nasdaq avanzó un 0.55% hasta los 2,951.23 pts y el
S&P’s 500 ascendió un 0.25% hasta acabar en los 1,365.51 pts.
En lo que se refiere a Europa, Finlandia se encargó de enfriar los
ánimos al oponerse a que los fondos del rescate sirvan para comprar títulos de deuda
de los países en apuros, una medida crucial para estabilizar a los mercados de
la periferia. Además, y para el rescate a la banca, exigió ser un acreedor
prioritario en caso de que el dinero
provenga del actual fondo, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) o
un voto unánime de los socios europeos si proviene del Mecanismo Europeo de
Estabilidad (MEDE) .
Su postura golpeó a España y a Italia, donde sus índices
bursátiles, el Ibex-35 de Madrid y la bolsa de Milán, subieron respectivamente
un 0.3% y un 0.2%, mucho menos que el Dax de Francfort (1.2%) o el Cac-40 de
París (1.4%). Además, la mejora que se observaba en la prima de riesgo se
detuvo y se dio la vuelta tras el anuncio del gobierno finlandés, hasta el
punto de que la prima de riesgo española superó a la de Irlanda.
En lo que
se refiere a los datos económicos, todos los indicadores publicados hoy en los
distintos rincones del mundo fueron malos. En EU, tras la apertura, se publicó
el ISM manufacturero, el cual inesperadamente se hundió por debajo de 50, a
49.7, muy por debajo del 52.2 que estimaba el consenso, lo que indica que
también la manufactura estadounidense entró en contracción en junio. Fue la
primera lectura por debajo de 50 desde julio de 2009, cuando la economía de EU
salía de la recesión, y sonó las alarmas sobre una economía que pierde fuelle
(una lectura por debajo de 50 significa contracción respecto al mes previo, y
otra por encima de 50 significa expansión). El dato pesó en Wall Street durante
la jornada del mundo.
Pero en el resto del mundo, los reportes referentes al sector
manufacturero también decepcionaron. El reporte oficial del PMI de China se
redujo a 50.2 en junio, por debajo de 50.4 en mayo, aunque permaneció por
encima de 50. En Europa, la actividad tampoco marcha bien. Alemania, el
bastión del crecimiento en Europa, empieza a trastabillar: el PMI bajó en junio
a 45, un mínimo de 3 años, comparado con 45.2 en el mes anterior. En España, el
PMI se hundió a 41.1 frente a 42.0 en el mes previo pero en el Reino Unido
superó a las expectativas y mejoró a 48.6 de 45.9 en mayo.
Ante la
contracción en la actividad manufacturera en Europa y las medidas de austeridad
en España e Italia, la tasa de desempleo brincó a 11.1% en mayo, lo que supone
un nuevo récord para la región desde el lanzamiento del euro. En España, que
posee la tasa de desempleo más alta de Europa, se elevó a 24.6 comparado con
24.3% en abril. Por tanto, los datos económicos apuntan a una economía con muy
escaso vigor al final del segundo trimestre del año.
Finalmente, los mercados están pendientes de la temporada de
reportes corporativos, a ver si al menos las empresas logran levantar los
ánimos.
El retroceso en la
manufactura presionó a la baja al sector industrial, (-0.5%), al de materiales
básicos (-0.4%) y al petrolero, que terminó sin cambios. Los que más subieron
fueron los más defensivos, los de telecomunicaciones (+1.4%), servicios públicos (0.8%), y salud (0.5%). Sin
embargo, también avanzó el de las financieras (0.7%) o el de consumo
discrecional (0.5%).
En el Dow Jones, también se reflejó
esa tendencia, con caída muy fuertes de Alcoa (-1.3%) y la química DuPont
(-2.4%), así como de las grandes corporaciones industriales como Boeing
(-1.6%), Caterpillar (-1.5%), General Electric (-1.9%), United Technologies
(-0.7%), o 3M (-0.5%). En el sector financiero subió con fuerza JP Morgan
(1.4%), pero descendió Bank of America (-1.9%). Las telefónicas AT&T
(+1.4%) y Verizon (+1.0) destacaron entre las “blue chips”.
Para mañana, los inversionistas
estarán pendientes de los pedidos de fábrica de EU para mayo, tras la apertura,
y de las ventas de autos de junio, cifras que se publicarán a lo largo de la
jornada. Pero en verdad, los grandes acontecimientos llegarán en los próximos
días, sobre todo en la subasta de bonos de 10 años de España el jueves, en la reunión
del Banco Central Europeo (BCE) ese
mismo día, con la esperanza de que Mario Draghi dé un recorte de tasas, y en el
dato de empleo de EU el viernes.
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