El objeto de los acuerdos alcanzados en la cumbre europea de
la semana pasada era reconducir las tasas de interés en España e Italia a
niveles más tolerables. Sin embargo, tanto la tasa del bono de 10 años como la
prima de riesgo en España siguen presionadas. Aunque mejoraron hoy rumbo al
cierre, la tasa del bono de 10 años cerró en 6.1%, en tanto la prima de riesgo
se ubicó en 471 pbs tras tocar un máximo intradía de 485 pbs. El jueves España
tratará de recaudar entre 2,000 y 3,000 millones de euros (mde) en bonos de 3,
4 y 10 años y le volverá a salir excesivamente caro.
¿Qué acuerdos se alcanzaron en la
cumbre europea? En esencia dos: uno referente al mercado de deuda soberana; y
otro en relación con el rescate a la banca española. El primer acuerdo consiste
la compra de bonos de los países periféricos en el mercado secundario (e
incluso en el mercado primario) a través del fondo de rescate permanente, el
llamado Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM por sus siglas en inglés). Sin
embargo, se oponen dos países: Finlandia y Holanda, este último además
pendiente de unas elecciones en septiembre.
En un principio, el ESM sólo
podría aplicarse en caso de haber unanimidad. Sin embargo, hay un resquicio
para esquivarla: si la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE)
consideran que existe una situación de extrema urgencia, se podría activar una
cláusula que permitiría usar esos recursos para comprar deuda directamente con
un 85% de los votos, por lo que la negativa de Finlandia, Holanda e incluso
Luxemburgo, no sería suficiente.
Por tanto, en un caso extremo, la
ayuda a la deuda de un país a través del ESM podría activarse, sin necesidad de
cambiar tratados, en cuanto un gobierno lo solicite y firme una carta de
compromiso con las condiciones macroeconómicas que se establecerían.
La otra media fundamental de la cumbre europea consistió en permitir
que la ayuda a la banca española llegue directamente y no a través del Estado. El
rescate a la banca se puede realizar a través de dos fondos: el temporal,
llamado el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF), o el permanente, el ESM.
En caso de realizarse las compras a través del vehículo
temporal, el EFSF, Finlandia exigirá garantías a cambio de los créditos que se
concedan a los bancos españoles (al igual que los exigió para el segundo
rescate de Grecia). Ese requerimiento busca reemplazar la medida alternativa,
que era que los países que contribuyeran al rescate tuvieran un estatus “senior”
en caso de impago y que fue abolida.
Ahora bien, en caso de que el rescate se hiciera a través
del fondo permanente, el ESM, se precisaría, como en el caso de la compra de bonos,
de unanimidad, y por tanto podría ser vetado tanto por Finlandia como por
Holanda. De nuevo, en esa disputa, el ministro de economía español, Luis de
Guindos, se refirió a la cláusula de emergencia que permite una mayoría
cualificada, de 85%, y no la unanimidad. Finlandia es, junto con Alemania, Luxemburgo y
Holanda, uno de los cuatro países de la zona euros que todavía posee la máxima
calificación crediticia, la “AAA”.
Pero incluso salvando el obstáculo
de Finlandia, todavía queda otro muy delicado en el caso del ESM: y es la Corte
Constitucional alemana. Será en la sesión del 10 de julio. Ese día, la corte
podría determinar que el ESM vulnera la soberanía alemana y, de este modo, se podría
bloquear el uso del instrumento e incluso invalidarlo pese a que lo aprobó el
parlamento germano: ya la corte ha advertido sobre una vulneración de la
soberanía nacional por parte del fondo permanente justamente por eso, por ser
permanente.
Por tanto, el 10 de julio es otra
fecha crucial para el devenir de Europa. Si la Corte Constitucional alemana
emite un mandamiento judicial que bloquea el ESM, Europa tendrá (al menos en un
principio) menos recursos para intervenir y ayudar a aliviar tanto las
tensiones en los mercados de deuda, como los problemas de solvencia de la
banca. Y eso podría convertirse en un serio contratiempo para Europa y acabar
de un golpe con el moderado optimismo que hay tras la cumbre europea. De modo que el 10 de julio, todos a mirar a los jueces alemanes.
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