El pasado miércoles, el Banco Central Europeo (BCE) condujo su segunda operación de refinanciamiento de largo plazo (LTRO por sus siglas en inglés) con tres objetivos: proveer de liquidez de largo plazo al sistema bancario europeo; ayudar con ese exceso de liquidez a la deuda soberana europea gracias a las operaciones de “carry trade”; y estimular el crédito al consumo y la inversión para impulsar a la actividad económica.
La subasta atrajo, como era de esperar, el interés de una banca europea que a finales del año pasado pasó graves apuros de liquidez, con el segmento de financiamiento mayorista cerrado, y el mercado de dinero tensionado hasta el punto que la tasa Libor a 3 meses se acercó a 0.6%. Por tanto, 800 entidades acudieron a la cita y entre todos recaudaron 530,000 millones de euros.
Con esta subasta, las entidades financieras parece que tienen asegurada la liquidez para los próximos 3 años pagando una tasa barata de 1%, por lo que es de esperar que la tasa Libor, que hoy se ubicó en 4.476%, se siga relajando frente a una tasa de 0.58% a principios de enero.
El efecto del “carry trade” sobre la deuda soberana europea también parece esté funcionando. Un día después de la subasta del BCE, el Tesoro español logró colocar 4,500 mde de bonos de 2,3 y 4años bajo una fuerte demanda y un descenso significativo en las tasas de interés. Por tanto, el interés de prestar a corto plazo uno fondos que obtienen a una tasa del 1% a los gobiernos de la periferia que ofrecen mejores rentabilidades no se ha apagado.
Sin embargo, el deseado impacto favorable sobre el crédito al consumo y a la inversión privada tendrá que esperar. Los bancos, más que prestar ese dinero, parecen más propensos a acaparar esa liquidez ante cualquier eventualidad que surja que pueda secar de nuevo a los mercados. Y lo que están haciendo es depositarlo de nuevo en el BCE.
De este modo, un día después de la subasta, los depósitos a un día del BCE se dispararon a una cifra récord desde el nacimiento del euro de 776.900 millones de euros (mde) comparado con 475,200 mde un día antes. Por esos depósitos, los bancos obtienen una tasa del 0.25% comparado con la tasa del 1% a la que lo tomaron prestado. ¿Es poco? Bueno, es seguro, muy líquido y además te paga más que las letras del Tesoro de EU.
De esas cifras se infiere que de los 530,000 mde que tomaron prestado, en torno a 300,000 o algo así como un 57%, lo destinaron a empacharse de un colchón de liquidez que mantendrán de forma segura en los depósitos del BCE. Y de los 230,000 mde restantes, una buena parte la destinarán a comprar deuda soberana de corto plazo de los países periféricos para obtener una ganancia segura (salvo desastre en Grecia, algo improbable en el corto plazo tras el segundo rescate). ¿Y para el consumo y la inversión? Pues poco dinero resta, y de poco servirá para impulsar la demanda privada en Europa.
Por tanto, la masiva inyección de liquidez de la Fed servirá para fortalecer al sistema financiero eurpeo, garantizar su liquidez y devolver la confianza al mercado de dinero y para relajar un poco más las tensiones en el mercado de deuda soberana de los países periféricos. Pero poco se verán beneficiados, al menos de forma directa, los consumidores europeos así como sus pequeñas y medianas empresas. Al menos, con unas perspectivas de crecimiento tan magras y con la incertidumbre sobrevolando a toda la zona euro, es de esperar que durante al menos el próximo año, los depósitos a un día ronden los 800,000 mde.
¿Es eso mucho dinero? Creemos que sí: entre las dos operaciones de refinanciamiento de largo plazo, el BCE ha inyectado a la banca algo más de un billón de euros. Antes de que la banca europea entrara en apuros en el verano pasado, los depósitos a un día del BCE eran muy bajos, incluso inferiores a los 10,000 mde. Con las tensiones en los mercados de dinero, los bancos europeos empezaron a hacer sus guardaditos.
Después de la primera subasta el 21 de diciembre del año pasado, cuando la banca pidió 489,000 mde, los depósitos brincarons de niveles de 250,000 mde (que ya eran anormalmente altos) a otros de más de 400,000 mde. Ahora el salto ha sido aún mayor y se aproxima a los 800,000 mde.
Por tanto, de ese billón de euros, ¿cuánto está conservando la banca europea en los depósitos de liquidez del BCE? Cuando menos algo más de la mitad, si partimos que antes de la primera subasta guardaban 250,000 mde y ahora poseen 770,000 mde. Pero si antes de que se complicara la situación, lo normal es que fueran inferiores a los 50,000 mde, no es descabellado pensar que el exceso de liquidez que acapara la banca es de más de 700,000 mde, o un 70% del total inyectado por el BCE, una gran masa de dinero que no está trabajando y que podría ser utilizado para impulsar el crédito, la demanda privada y reactivar el crecimiento.
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