jueves, 23 de agosto de 2012

Merkel y Hollande se reúnen para tratar el tema de Grecia. Schäueble rechaza dar más tiempo

En el asunto de Grecia, y luego de la reunión de ayer entre el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, y el primer ministro griego, Antonio Samarás, el siguiente eslabón es el encuentro en Berlín entre la canciller alemana Angela Merkel y el presidente de Francia, Francois Hollande. La idea es fijar una postura común frente a la petición de Grecia de que le otorguen dos años más de plazo para cumplir con la meta fiscal de 3% y así retrasarlo de 2014 a 2016.

La situación vuelve a ser muy tensa. La percepción generalizada es que una salida de Grecia del euro sería catastrófica, pero al mismo sostienen que la ayuda de la eurozona a Grecia está alcanzando su límite. Una buena parte de los alemanes no están dispuestos a hacer nuevas concesiones a Grecia. Tal es el caso del ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäueble, quien advirtió que conceder más tiempo a Grecia quiere en los hechos decir darle más dinero.

Al menos, según Schäueble, ésa “no es la solución” ni la ruta para que “la zona euro supere la crisis de confianza creciente en los mercados financieros” (aunque no dijo si podría haber otra como bajar los intereses de los créditos).

Entre tanto, Merkel y Hollande se reúnen hoy con el eje Berlín-París en horas bajas. Hollande es más favorable a dejar un poco de margen a Grecia con el fin de no ahogar más su economía y castigar más a una población que lleva soportando una profunda recesión de más de 5 años. Él ha propulsado la idea en Europa de conciliar mejor la austeridad con el crecimiento.

Además, medios diplomáticos admiten que podría darse a Grecia “un poco de aire”, como solicita Samarás. Sin embargo, Schäueble, como hemos visto, se muestra contrario, así como los aliados de Merkel en el gobierno.

Veremos si Merkel y Hollande dan algunas pista o, como ayer Juncker, se limitan a posponer una decisión hasta que la Troika dicte su veredicto sobre el plan de ahorro de Grecia a primeros de septiembre.

Por otro lado, desde nuestro punto de vista, resulta impensable que en esta coyunturaGrecia pueda salir del euro, como sostienen algunos. Si algo quieren combatir ahora los líderes europeos es lo que han llamado el “riesgo de convertibilidad”, esto es, que países del euro regresen a su antigua moneda. Una salida de Grecia del euro, como ha dicho Samarás, sería catastrófica y además echaría por tierra el plan que ha orquestado el BCE junto con los líderes políticos para salvar a toda la región. 

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