lunes, 4 de junio de 2012

Soros da tres meses a Europa para resolver su crisis


Que Europa se salve, cúando y cómo, está en manos de Alemania, de la canciller Angela Merkel, de su voluntad. Pero si decide hacerlo tendrá que ser pronto, muy pronto. EL megainversionista George Soros ya puso plazo: tres meses. En caso contrario podría ser demasiado tarde, el euro podría escindirse y toda la región enfrentar una “década perdida”.
 Dos son las soluciones que se barajan: una, la emisión de eurobonos. Ese mecanismo es fundamental para aliviar las tensiones en los mercados de deuda soberana de la periferia, de modo que las tasas retornen a niveles tolerables para que tanto España como Italia puedan refinanciarse a un costo sostenible. La otra solución consiste en que los recursos del fondo de rescate europeo, que en julio, bajo el nombre del Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM) será permanente, sean utilizados para rescatar a la banca.

Respecto a la emisión de eurobonos, Merkel se sigue mostrando reticente, según una nota de Bloomberg. Pese a la presión de sus socios europeos (Francia, Italia, España, la Comisión Europea) y del propio presidente de EU, Barack Obama, cuya reelección puede peligrar si no se contiene la crisis europea este verano, Merkel reiteró ayer en un discurso a miembros de su partido, la Unión Democristiana (CDU) que no apoyará la emisión de eurobonos “bajo ninguna circunstancia”.

Sin embargo, el Wall Street Journal reporta esta mañana que Alemania empieza a contemplar bajo qué condiciones estaría dispuesto a usar sus recursos y su credibilidad con el fin de aceptar cargar con la deuda de otros países para ayudar al resto de la eurozona. Y esas condiciones consisten en que los países cedan una mayor soberanía fiscal a las instituciones europeas, es decir, que las naciones transfieran una buena parte de su política presupuestaria a Europa para mejorar la integración fiscal. Ése es el “gran plan” en el que ahora se trabaja, y que precisaría de cambios en los tratados de la Unión Europea.

Se discutirá con profundidad en la próxima reunión del Consejo Europeo el 28 y 29 de junio. Y veremos si no es otro fiasco: la periferia necesita los eurobonos, traspasar parte de la carga de su deuda a otros socios comunitarios, a los más fuertes, a Francia y a Alemania, que todavía mantienen la máxima calificación crediticia, la triple A, sobre su deuda.  Pero ceder soberanía no es fácil, y reclamarán sus derechos para decidir su política presupuestaria y el destino de su nación.

El asunto, como dice Soros, es que ya no hay margen para titubeos: o se ponen de acuerdo, o todo se vendrá abajo. Ya no hay espacio para dar otro traspié u otro paso en falso.

El otro tema, el de la ayuda al sistema financiero, también es peliagudo. Todos están de acuerdo en que hay que ayudar a la banca española, y hacerlo con recursos comunitarios, con los dineros del fondo de rescate. Pero España, el gobierno de Rajoy, pide que se haga de manera directa a la institución en apuros mientras que Merkel dice que se haga a través de los estados. ¿Cuál es la diferencia? Que en el primer caso se estaría salvando a una institución bancaria, mientras que en el segundo se estaría rescatando a un país que no puede sanear a su sistema financiero por sí solo, estigma que Rajoy no acepta. Hasta ahora se resiste a aceptarlo, pero pronto se tendrá que comer sus palabras con patatas. 

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