martes, 10 de julio de 2012

Cierre de Wall Street: Desdeñan el rescate a la banca española y terminan sucumbiendo


Con bombo y platillo se anunciaron, tras 9 horas de negociaciones, los detalles del plan de ayuda para la banca española. Pero a estas alturas, Europa ya no impresiona a nadie. Son buenos para redactar rescates, tratados, cartas de intenciones, memorándums (éste de España de 37 puntos)  y todo demás papeleo, pero en los hechos, en la práctica, son pésimos. Así que el anuncio apenas sirvió para salvar a las bolsas europeas y para aliviar la prima de riesgo de España e Italia, en un repunte de puro trámite, con el pretexto del anuncio. Pero el euro se desplomó a un nuevo mínimo de 2 años, las materias primas se hicieron trizas y Wall Street, tras algunos titubeos iniciales, terminó despeñándose.


Como me dice mi buen amigo Gonzalo desde España, las medidas no funcionaron porque no se han tomado las decisiones que permitan cambiar la dinámica del mercado, de la financiación, y del crecimiento. Y sobre todo, porque los inversionistas se temen que no se puedan aplicar con la celeridad que presumen.

Nos dicen que la banca española podría disponer, antes de que acabe el mes, de 30,000 millones de euros (mde) en caso de precisarlos con urgencia. Pero uno ya ni siquiera está seguro de que esos fondos vayan a estar tan pronto ahí. Primero tienen que aprobar el memorándum los 17 parlamentos de la eurozona, superar esa criba, teniendo en cuenta de que varios de los países implicados exigen que España garantice esos fondos, lo cual no está aún claro quién será el responsable último de esos recursos.  Y después convocar otra reunión del Eurogrupo para tener todo listo, según sus cálculos, para el 20 de julio. A ver si es verdad.

Por otro lado, como todavía no puede operar el fondo de rescate permanente, el llamado Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM por sus siglas en inglés), los recursos provendrán en un principio del fondo de rescate temporal, del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF). Pero el problema es que en caso de que la operatividad del ESM se atrase (asunto en manos, ahora mismo, del Tribunal Constitucional alemán), el EFSF dispondría de escasos recursos para combatir todos los frentes: de ahí sale la ayuda a Grecia, Irlanda y Portugal; también de ahí se extraería el dinero para rescatar a la banca española; y también la munición para comprar en el mercado secundario deuda soberana de los países en apuros.  

Finalmente, y si bien relajaron el calendario para alcanzar las metas de déficit público, al mismo tiempo le impusieron a España nuevas medidas de restricción fiscal para asegurarse que los nuevos objetivos serán alcanzados, una política que ha resultado letal allí donde se ha aplicado al agravar la recesión, y minar la capacidad de recaudación y de pago de los países. Además de las condiciones fiscales, el acuerdo está supeditado a más requisitos bancarios (un ratio de capital del 9%, lo que restringirá más el crédito), y de supervisión.  Al final, de todo esto, a los mercados no les queda claro que España esté a salvo y vaya a poder a salir a refinanciar su deuda pública a unas tasas aceptables, que es el meollo del asunto.

Tan quemada está ya la credibilidad de las instituciones europeas tras cuatro años de fracasos en sus esfuerzos por restaurar la confianza en la región, que el gran acuerdo casi pasó de puntillas por los parqués, lejos de provocar el efecto deseado.  De hecho, casi todas las notas referentes al comportamiento de Wall Street se enfocan más en cuestiones locales (los flojos resultados de Alcoa, o las advertencias de peores resultados a lo previsto de algunas empresas tecnológicas como Advance Micro Devices, o Applied Materials), que en otra cosa.

De modo que, tras una apertura con modestas subidas, Wall Street fue poco a poco sucumbiendo hasta que terminó la jornada con intensas pérdidas. Al cierre de la sesión, el Dow Jones bajó un 0.65% para terminar en los 12,653.12 pts mientras que el tecnológico del Nasdaq se hundió un 1.0% hasta los 2,902.33 pts. El S&P’s 500 perdió un 0.81% y concluyó la sesión en los 1,341.47 pts. En los últimos cuatro días, el S&P’s se ha dejado un 2.5%, su peor racha negativa desde mayo.  

Los sectores más ligados al ciclo económico fueron los más castigados, una señal de que los inversionistas perciben que puede descarrilar el crecimiento global. El sector de materiales básicos cayó un 1.7%, seguido del petrolero y el industrial, con descensos cada uno del 1.5%, el tecnológico (-1.1%), y el financiero (-0.8%). Los defensivos fueron los que mejor salieron librados: el de servicios públicos aumentó un 0.2%, el único que se salvó de los 10 sectores del S&P’s 500, en tanto el de consumo básico retrocedió un 0.1% y el de telecomunicaciones un 0.3%.

 Desde luego que las advertencias de peores resultados de Advance Micro Devices y Applied Materials hicieron daño al mercado. Advance Micro Devices, el gran rival de Intel en el mercado de los fabricantes de chips, se despeñó un 11.2%, al adelantar que espera que los ingresos se hundan un 11% en el segundo trimestre respecto al primero debido a las débiles ventas en China y Europa. Intel, a su vez, bajó un 2.3% arrastrado por la advertencia de Advance Micro Devices y su decisión de comprar una participación del 15% al fabricante de semiconductores holandés, ASML Holdings, por hasta 4,100 millones de dólares (mdd).

Con el mismo cuento llegó Applied Materials, que debido a la menor demanda de equipo de semiconductores, revisó a la baja sus pronósticos de beneficios y ventas para su tercer trimestre fiscal y para todo el año. La acción fue castigada con un retroceso del 2.7%.

En esa misma línea estuvo Cummins, una empresa fabricante de motores de diesel y gas natural, que recortó su pronóstico de ventas para el año. Su acción perdió un 8.9% durante la jornada.

Alcoa, la primera empresa del Dow en reportar, lo hizo tras el cierre de ayer, y aunque vino en línea con las expectativas, sus resultados supieron a poco. Hoy fue la peor acción del Dow Jones y se despeñó un 4.1%. Entre los grandes conglomerados industriales, Caterpillar se hundió un 3.5% y General Electric un 2.1% o Boeing (1.1%). Entre las tecnológicas, además de Intel cayeron IBM (-1.8%), Hewlett-Packard (-1.7%), y Cisco Systems (-1.4%). La acción que más subió hoy en el Dow fue Kraft Foods (+1.0%) seguido de JP Morgan (0.9%).

Europa, como decíamos, llegó a salvar la jornada. El Ibex-35 de Madrid avanzó un 0.58%, el Dax de Francfort un 0.79% y el Cac-40 de París un 0.59%. Pero el euro llegó a tocar un mínimo intradía de 1.2235 dólares, su nivel más bajo desde julio de 2010, pese a que terminó más cerca del 1.225 dólares. En las materias primas, el WTI bajó un 2.2% a los 84.06 dólares el barril.

Por tanto, no hubo atisbo de contento con el acuerdo alcanzado por el Eurogrupo: hasta hubo un punto importante de desdén a lo allí alcanzado. Entre tanto, los inversionistas no deben de perder de vista lo que pueda declarar, en uno de estos días, el Tribunal Constitucional alemán sobre si el fondo permanente y el pacto fiscal viola la soberanía nacional de Alemania, un asunto delicado del que el ministro de finanzas germano, Schaubel, ya ha advertido.

Mañana en EU se publicarán las minutas de la última reunión de la Fed, junta en la que se acordó ampliar la llamada “Operación Twist”. De las minutas, y con los datos frescos de los que ya disponemos como el empleo, veremos que tan inclinados están los miembros de la Fed a recurrir a un nuevo programa de compra de activos, un QE3. Además, saldrán a la luz la balanza comercial y los inventarios mayoristas de mayo. También contaremos con los datos semanales de solicitudes de hipotecas e inventarios energéticos.

Finalmente, tendremos que seguir muy de cerca cómo se comporta la bolsa europea y la prima de riesgo de España e Italia. Hoy mejoraron ligeramente, pero para mañana, ¿nos espera un nuevo deterioro? 

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