jueves, 5 de julio de 2012

El vacío no es la nada... pero para allá vamos


Nos dicen ahora, con esto del bosón de Higgs, que el vacío no es la nada: “que el vacío está lleno de una sustancia, el campo de Higgs, cuyas vibraciones son los bosones de Higgs” (Álvaro de Rújula). Pues bien, para la bolsa europea, sobre todo la de Madrid, el vacío tampoco es la nada: es una caída del 3%.

Fueron las palabras del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Graghi, los que impregnaron a todos los parqués de la eurozona  de una forma de energía que confirieron masa a las bolsas de la región. Y cuando un objeto adquiere masa, pues se hunde. Y eso fue lo que pasó hoy: el Ibex-35 de Madrid se despeñó un 2.99% y la bolsa de Milán un 2.03%. El Cac-40 de París perdió un 1.17% y el Dax de Francfort un 0.45%.

En verdad, el signo de la jornada, en un principio, debería haber sido muy distinto: deberían haber subido a la velocidad de la luz,  como si fueran fotones. Los bancos centrales, en la ansiada acción coordinada, ésa que tanto anhelaban los inversionistas, dieron más liquidez a Europa y China en un lapso de 45 minutos.

La más esperada, la del BCE, se cumplió: recortó la tasa de referencia en 25 pbs a 0.75%, un nuevo mínimo de la era euro. Pero a ella se sumó el Banco de Inglaterra, que amplió el objetivo de su programa de compra de activos en 50,000 millones de libras a 375,000, e inesperadamente también movió pieza el Banco Central de China. La tasa de préstamo a un año la redujo en 31 pbs y la de depósitos en 25 pbs para ubicarlas en 6% y 3% respectivamente.

 Además, la subasta de bonos de España no salió mal: al menos logró colocar los 3,000 millones de euros (mde) que planeaba como objetivo máximo, aunque pagando mayores tasas: los bonos de 10 años los colocó a una tasa media de 6.43% comparado con 6.04% el pasado 7 de junio.

Finalmente, los datos de EU de por la mañana temprano, los relacionados con el empleo, salieron mejor de lo esperado: el pronóstico de ADP para la nómina privada de junio fue de 179,000, por encima de los 105,000 del consenso, en tanto los subsidios de desempleo bajaron en 14,000 en la semana terminada el 30 de junio a 374,000, inferior a los 385,000 que estimaban los analistas Dos buenos indicios antes del dato de empleo de EU de mañana.

Por tanto, en general, las noticias eran buenas: inyecciones de liquidez a mansalva, decente colocación de bonos en España y buenas cifras en EU, con la salvedad del ISM no manufacturero que se publicó después de la apertura.

Sin embargo, la reacción de los mercados, sobre todo en Europa, fue nefasta. Y la culpa fue de Draghi. En vez de apoyar el recorte de tasas con unas declaraciones de aliento, lo revistió con un mensaje de pesimismo: el recorte de tasas servirá de poco para evitar una recesión en Europa. El escenario base, dijo, no ha cambiado, pero “los riesgos a la baja se están materializando”. Pura honestidad la de Draghi.

Tanta que ni siquiera hubo un impacto positivo sobre los mercados, aunque fuera efímero. El euro, ante un escenario de bajas tasas y recesión en Europa, se desplomó un 1.1% por debajo de los 1.24 dólares, a 1.239 dólares, un mínimo de un mes, algo que puede ayudar cuando menos a las exportaciones. 

Pero junto con la caída de las bolsas, junto a ese movimiento de aversión al riesgo, se treparon las tasas de los bonos de 10 años de España e Italia: la de España subió 37 pbs a 6.78%, la más elevada desde el 29 de junio, y la de Italia en 21 pbs a 5.98%. El problema de la periferia europea, tras la cumbre europea de la semana pasada, está lejos de estar resulta.

Y todavía faltan más obstáculos: la semana que viene, el 10de julio, la corte constitucional alemana dirimirá si el fondo de rescate permanente, el Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM por sus siglas en ingles) no viola la soberanía nacional. De juzgarlo así, parte de los logros de la pasada cumbre europea se quedarían en nada (al menos en un principio) y Europa con menos munición para poder intervenir en los mercados.. Cuidado que ya nos lo han dicho los físicos del CERN: el vacío no es la nada… aunque podemos terminar allí.



  

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